Generación de los 90: 5 cosas que echamos de menos los que nacimos en esa década

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Si naciste en la década de los 90, te sentirás identificado con este artículo

Igual que discutir por qué catedral es más bonita o qué equipo de fútbol es mejor, la generación de los 90 defendemos a capa y espada que nacimos en la mejor época de todas. Y razón no nos falta, teníamos cosas que cualquiera envidiaría actualmente.

Por Celia Varona  |  22 Abril 2019

Como buena millennial (de las buenas, de las de la primera mitad de los 90), es obligatorio tener la lista de las cosas que más echo de menos de esa década. Siempre recurrimos a ella con añoranza, para hablar del pasado y, sobre todo, compararnos con los las generaciones actuales en el mismo rango de edad. Y es que, así como un presumimos de ciudad de origen cuando nos vamos fuera o de equipo de fútbol, somos forofos de la década de los 90. Además de defenderla fielmente, nos consideramos (al igual que lo hace cada generación) que de nosotros en adelante la sociedad ha decaído. Quizá sea por prepotencia o necesidad de halagos propios, pero es así.

Ahora bien, ¿qué es lo que hace diferentes a los nacidos en los 90? Podíamos hacer una lista de mil cosas que tendrían muchas variantes dependiendo de ciudades, formas de vida, condiciones familiares.... Así que vamos a intentar resumirlo lo mejor que podamos para sentirnos identificados.

1 Las chucherías

Que no es que las de ahora no sean buenas, pero no es lo mismo. Los regalices que comíamos a la vuelta de la escuela cuando éramos niños no han vuelto a saber igual. Además de, por supuesto, la variedad. ¿No os pasa que echáis de menos gominolas que desaparecieron en algún momento y no habéis vuelto a ver? Ahora parece que ya está todo inventado y que una gominola nueva no es un hito noticioso, pero, ¿qué ha sido de aquellas pirámides sin azúcar azules, amarillas y rojas? ¿Y de las pipas Tijuana color dorado sin sabor determinado? ¿Y de los chicles de Boomer enormes que pensábamos que nunca se acababan (y que eran un hervidero de caries, también)?

Las chucherías ya no nos saben igual... ¿Seremos nosotros los que hemos cambiado?
Las chucherías ya no nos saben igual... ¿Seremos nosotros los que hemos cambiado? Shutterstock

Y no hemos hablado de los precios. Maravilloso cuando pagábamos en pesetas y bastante más barato en comparación con los euros, sobre todo en la actualidad. Desde la llegada de la moneda europea comunitaria, he visto subir las bolsas de 'Pelotazos' o 'Boca Bits' de 25 céntimos a 45. Así vamos.

2 Las series

Siempre decimos que no hay comparación entre las series de antes y las de ahora. ¿Es verdad? 'Rugrats', 'La Pajarería de Transilvania' o 'La Banda del Patio' son algunos de los muchísimos títulos que podríamos dar. Cada una nos aportó algo y, hoy en día, cuando lo comparamos con las nuevas series que vemos en televisión paran niños, nos llevamos las manos a la cabeza. Los juguetes, las canciones y los complementos de cada serie, los debates sobre si era mejor 'Pokémon' o 'Digimon', o emular las historias que veíamos con los amigos en el recreo eran cosas que nos hacían felices. Qué tiempos aquellos.

Ya no hacen series de dibujos como las de antes... Y sí, suena muy viejo decirlo, pero es así.
Ya no hacen series de dibujos como las de antes... Y sí, suena muy viejo decirlo, pero es así. Shutterstock

3 Las (buenas) fiestas de pueblo

Esas míticas canciones que bailábamos sin parar durante las primeras horas de verbena van desapareciendo cada día. Las fiestas de pueblo, míticas y puntuales todos los veranos, han evolucionado a la par que nosotros, que año tras año hemos crecido con ellas. Las atracciones se cambian por otras más nuevas, el reggaeton de ahora entra en escena... Y todo ello, a veces, nos hace pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Sin embargo, solo nos queda presumir de haber visto nacer el reggaeton, el euro y la tecnología, y estar a medio caballo entre el antes y después de cada una de ellas.

Antes las fiestas de pueblo eran el evento del año. Ahora solo con ver a la gente nos entran ganas de irnos a casa.
Antes las fiestas de pueblo eran el evento del año. Ahora solo con ver a la gente nos entran ganas de irnos a casa. Shutterstock

4 Los Tamagotchi

Hoy en día hay mil y una aplicaciones para el móvil para cuidar cosas. Y por cosas me refiero a basuras, animales, personas y cualquier tipo de ser que podamos imaginar. ¿Recordáis el Pou? Sin embargo, nada como los míticos Tamagotchi. Fue nuestra primera prueba de responsabilidad, ver si el bichito nos sobrevivía más de un día y ver si podíamos cuidarle bien y conectar con nuestros amigos. Fue, también, uno de nuestros primeros contactos con la tecnología, junto a las Poké Ball o Pokédex de Pokémon y los diferentes dispositivos digitales de Digimon que, a modo de Tamagotchi, nos permitían jugar con las series del momento.

¿Quién no lloró o al menos se entristeció la primera vez que se nos murió el Tamagotchi? Quien diga que no, no tiene corazón.
¿Quién no lloró o al menos se entristeció la primera vez que se nos murió el Tamagotchi? Quien diga que no, no tiene corazón. Shutterstock

5 Las frases míticas de la época

"Guay del Paraguay", "Efectiviwonder" o "Toma, Jeroma, Pastillas de Goma" son expresiones que hoy en día se nos vienen a la mente, pero intentamos pararlas lo antes posible para no parecer anticuados. Por mucho que nos gusten, han pasado ya de moda y hay que dejarlas marchar. Frases ingeniosas que todo el mundo ha conocido (y sigue conociendo) y que se propagaban como la pólvora sin que tuviéramos muy claro de dónde habían salido. Ahora la gente dice "merengue merengue"...

Si Stevie Wonder pudiera ver la expresión en la que se convirtió su nombre en los 90...
Si Stevie Wonder pudiera ver la expresión en la que se convirtió su nombre en los 90... GTRES

En definitiva, los 90 es sinónimo de morriña para todos los que nacimos en esta época y, está claro, que conectamos entre nosotros cuando empezamos de cosas similares. Solo nos queda recordar aquellos maravillosos 90, que no 70, y estar orgullosos de haber nacido en la década que lo hicimos.

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