Los errores que han condenado a Mostopapi a ser cancelado por la mayoría

Mostopapi

Por qué Mostopapi ha perdido una oportunidad de oro para dejar de ver el sexo como un tema tabú

Mostopapi creó un canal con una apuesta interesante: dejar de ver el sexo como tema tabú gracias a influencers. Pero ha terminado degenerando en otra cosa muy diferente...

Por Guille Galindo  |  10 Mayo 2021

Hablemos de sexo. Durante décadas (siglos, en realidad), estas tres palabras eran poco menos que invitar al diablo a dar una charla a tu club de Clubhouse. Las tres religiones monoteístas más importantes y arraigadas en gran parte del mundo han provocado que, al menos desde la Edad Media, nuestros conocimientos sobre algo tan natural como el sexo sean más que limitados. Y lo que es peor, todavía condiciona en pleno siglo XXI a que no haya una educación sexual adecuada, lo que hace que muchos jóvenes se lancen al vacío hormonal sin un paracaídas.

Por suerte, la juventud actual tiene múltiples formas alternativas de ampliar todo el conocimiento que no se da en el instituto o en la educación de nuestros padres. Google nos ha ayudado en cualquier consulta sexual mucho más que cualquier persona de nuestro entorno, incluido amigos, con quienes todavía nos da vergüenza hablar de temas referentes al sexo, especialmente si no es algo de lo que fardar. Por no hablar de YouTube o Twitch, los cuales, esquivando la censura de ambas plataformas solo explicada por el tabú que se mantiene con estos asuntos, pueden servir también para saber más sobre este tema y, sobre todo, normalizarlo.

Y es aquí donde entra el canal de Mostopapi. Es evidente que el youtuber vio que había un nicho de mercado inexplorado y que podía darle visitas y dinero, y decidió explotarlo. Vamos, que nunca fue un canal para aprender de manera altruista de sexo con especialistas profesionales que trataran ciertos temas. Básicamente, porque ni está preparado para ello ni da tantas visitas como tratar el sexo desde una perspectiva mucho más directa, y llamando a influencers en lugar de a expertos. Totalmente lícito y entendible, porque al menos conseguía a cambio algo muy importante: tratar de forma amena y junto a gente influyente una cuestión escondida bajo la alfombra de la sociedad. ¿Si Ibai habla de sexo, se ríe con ello y no pasa absolutamente nada, por qué yo tengo que seguir viéndolo como un tema tabú?

Mostopapi, o cómo priorizar las visitas sobre todas las cosas

El problema viene cuando, por querer seguir aumentando tus views, te alejas del propósito inicial y conviertes tu contenido en un producto bastante más cuestionable. Y parece que Mostopapi ha caído de lleno en esa obsesión por conseguir visitas como sea, lo que ha llevado a crear un contenido cada vez menos interesante y más pornográfico, centrado en buscar de sus entrevistadas (porque la mayoría han pasado a ser mujeres) la frase más salida para lograr mayor repercusión.

Y claro, no hay mayor filón para eso que muchas chicas de Onlyfans y actrices porno, que están en su derecho de hablar sin tapujos de lo que sea, pero que sin duda crean una imagen irreal del sexo y del papel de la mujer en el mismo para la comunidad que ve los vídeos, que muchas veces no supera los 18 años de media. Y Mostopapi, en vez de aclarar esto y aprovechar su altavoz para dejar claro que el porno y el Onlyfans no son la vida sexual real, lo único que hace es sacar rédito de ello, con preguntas cada vez más alejadas de lo que prometía ser su canal, y de cualquier conocimiento sexual que no sea puro morbo.

Los sorteos para un Meet & Greet con actrices porno, y la forma de anunciarlo, parecida a cómo presentaba Jesús Gil su programa rodeado de tías en bikini hace 30 años, son su penúltima controversia, y la que le ha generado más críticas en redes y la amenaza de ser cancelado definitivamente. Una amenaza que parece tornarse en realidad tras su polémica e incalificable conversación con el tiktoker Naim Darrechi.

A pesar de que tenga mejores números y que, por ende, gane más dinero, Mostopapi ha perdido una oportunidad de oro para hacer algo más grande: cambiar la perspectiva sobre un tema que sigue sin ser tratado como debería.

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