El fenómeno quinqui, protagonista de la contracultura española actual

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De cómo los quinquis pasaron del olvido a la primera línea de la contracultura española actual

Hay muchos jóvenes hoy en día que no escuchan Mecano o Alaska pero sí han visto 'El Pico' o 'Navajeros'. Jóvenes que no saben quién es Fabio McNamara pero sí conocen al 'Vaquilla'. Esta es la historia de cómo se intentó borrar a los quinquis de la historia oficial de España y ahora se han convertido en un referencia contracultural ante las desigualdades actuales que sufre la juventud.

Por Javier Fernández  |  22 Marzo 2019

En la gala de los Goya de 2019, el público quedó asombrado por la versión que hizo Rosalía de la canción 'Me quedo contigo' de Los Chunguitos. Este mítico tema del grupo de rumbas extremeño fue utilizado en el final de 'Deprisa, Deprisa', película dirigida por Carlos Saura y estrenada en 1981, adquiriendo grandísima notoriedad.

Aquella película, ganadora del Oso de Oro de Berlín, relataba la vida de un grupo de amigos, provenientes de un barrio marginal, que, sin perspectiva de futuro o de porvenir, se dedicaban a realizar robos a mano armada y a consumir drogas. Nada más lejos de la realidad: los actores del filme no eran profesionales, sino jóvenes con antecedentes delictivos. El protagonista, de hecho, fue detenido por un atraco después del estreno de la película.

'Deprisa, deprisa' pertenece a ese género de películas como 'Perros Callejeros', 'Navajeros' o 'Colegas', entre muchas otras, que pusieron el foco en esa España asolada por la droga y el paro que nunca apareció en los documentales sobre la Transición.

Aquella España que no estaba enamorada de la moda juvenil y que ya se colocaba mucho antes de que lo sugirieran alcaldes como Tierno Galván, sufriendo terribles consecuencias, sobre todo por la heroína. Aquella España encarnada en algunos nombres propios que configuraron un fenómeno recurrente hoy en día en numerosas producciones culturales y musicales contestatarias: el quinqui.

Origen de los quinquis

La crisis del petróleo de 1973, que se prolongó hasta bien entrada la década posterior, tuvo graves consecuencias en la población que había emigrado del campo a la ciudad años atrás, ocupando las precarias viviendas sociales construidas por el franquismo situadas en la periferia de las grandes urbes. En aquellas barriadas se aglomeraban familias enteras que subsistían como podían, y en ese contexto de pobreza y nula perspectiva de futuro surgieron los quinquis, jóvenes desarraigados, empujados a la delincuencia y la drogadicción.

Durante los años 50, la población que vivía en el campo y la ciudad era similar. En los 80, más del 70% ya vivía en las ciudades. Aquella mala y rápida absorción de población, generada por la necesidad de modernización que imperó durante la Transición, unida a la carencia de ofertas dignas de empleo y vivienda, empujó a los jóvenes a los robos y a la droga.

En 1985 se estrenó 'Yo, el Vaquilla', película que narra la vida criminal de Juan José Moreno Cuenca. Es una obra esencial de la filmografía quinqui.
En 1985 se estrenó 'Yo, el Vaquilla', película que narra la vida criminal de Juan José Moreno Cuenca. Es una obra esencial de la filmografía quinqui. imdb

Barrios como La Mina (Barcelona), Otxarkoaga (Biblao), Las Tres Mil Viviendas (Sevilla) o San Blas (Madrid) fueron algunos de los lugares donde la delincuencia juvenil campaba a sus anchas, aterrorizando a los vecinos. Jóvenes como 'El Jaro', 'El Vaquilla', 'El Torete' o 'El Pirri', cuyas historias se contaron en el cine, nacieron y crecieron en aquellos distritos donde no se escuchaban los acordes de Los Secretos o Siniestro Total, sino las voces de Las Grecas o Los Chichos.

Surgimiento del mito y cuestionamiento de la Transición

Las películas de aquellos jóvenes delincuentes, junto al sensacionalismo de buena parte de la prensa, ayudaron a construir el mito del quinqui. Ello ha contribuido a difuminar la crudeza de los violentos actos de aquellos chavales sin horizonte alguno, como los robos, los tiroteos y las violaciones, que conviene recordar para abordar completamente este fenómeno que desapareció del discurso oficial de la historia reciente de España.

Más bien, se borró. El país y el Gobierno necesitaban dar una imagen moderna, y por ello la aparición de la Movida Madrileña no podría considerarse casual. Mientras se desarrollaba esta algarabía de luces, disfraces y colores que pretendía combatir la oscuridad que había dejado la dictadura, era preciso alejar todo lo posible a esa juventud del extrarradio abocada a la delincuencia, muchos de ellos enganchados a la heroína.

A pesar de este intento de supresión histórica, cineastas como José Antonio de La Loma, Carlos Saura o Eloy de la Iglesia decidieron retratar aquella contradicción que supuso el fenómeno quinqui para el relato de la Transición.

El fenómeno quinqui en la cultura contestataria actual

Este cuestionamiento de la Transición se ha extendido recientemente, sobre todo, con la aparición del 15-M. Las críticas al 'Régimen del 78' se agudizaron, y progresivamente se ha ido rescatando el fenómeno quinqui para producciones culturales muy críticas con los problemas sociales actuales.

El mejor ejemplo de este resurgir del fenómeno quinqui lo tenemos en la película 'Quinqui Stars', dirigida por Juan Vicente Córdoba, en la que participan artistas como 'El Coleta' y Elvira, del grupo de rap feminista 'IRA', que aborda determinados problemas sociales, como la precariedad laboral o el machisimo, que hoy en día sufre la juventud española. La propia rapera lo explicaba así "Hemos perdido la ilusión, la esperanza, el sueño americano y toda esta mentira... pierdes las expectativas. A lo mejor nos la han colado y no, no es una libre elección de cuanto más te esfuerces más alto vas a llegar, sino que estás en una clase y te van a joder bien de bien".

Lo cierto es que un sistema que es incapaz de garantizar los elementos básicos para tener una vida normal, como lo son el derecho a una vivienda y un trabajo dignos (incluso cuando se realiza la formación académica que supuestamente iba a facilitar la consecución de dichos elementos) genera una desafección brutal en la juventud. El discurso del esfuerzo, el de la meritocracia, da paso al desengaño, a la conclusión de que esa vida digna, apacible y estable está reservada a un pequeño pero pudiente conjunto de la población.

En esta situación, el fenómeno quinqui, al ser considerado como el resultado de la brutal desatención del sistema a una generación entera de jóvenes en los años 80, tiende a convertirse en un elemento de protesta, utilizado por las personas que se sienten hoy en día defraudadas y burladas por ese sistema, tanto chicos como chicas.

A priori puede resultar chocante considerar a un joven delincuente, como pudo serlo 'El Jaro' como una figura contestataria. Sin embargo, conviene acudir a esta entrevista del Banco Mundial al economista Hernán Winkler, donde se llega a la conclusión de que la desigualdad genera violencia. Por otra parte, quienes sufren esa desigualdad tienen rostro. Y barrio.

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