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¿El sueño americano era esto? Casi la mitad de los estadounidenses han tenido a un familiar en la cárcel
Estados Unidos tiene un serio problema con la violencia. Un nuevo estudio declara que un 45% de los estadounidenses ha tenido a un familiar en la cárcel al menos una noche. El racismo y desigualdades económicas, dos factores tan presentes en EEUU, vuelven a ser fundamentales a la hora de explicar una situación que tiene a millones de familias desamparadas.
14 Diciembre 2018
|La expresión 'American Way of Life' ('Estilo de vida americano') es tan antigua como el país al que se refiere. De hecho, la frase está basada en los principios de la Constitución de los Estados Unidos de 1776, unos postulados que tan orgullosamente se han encargado de pregonar a los cuatro costados a lo largo de los años. En la Guerra Fría, para contrarrestar la 'amenaza' soviética, el 'American Way of Life' volvió a la palestra para convencer a sus ciudadanos de que no había mejor sistema que el estadounidense para sus vidas.
Pero el mítico cartel del siglo XX que irradiaba felicidad por ser y vivir en EEUU ha escondido siempre un país con problemas impropios de la primera potencia mundial. El principal, el creciente submundo de violencia, armas y racismo institucional que asola al país y del que se han encargado de poner cifras en los últimos días. Los datos son más estremecedores de lo que podríamos imaginar.
No eres de EEUU si no has pasado una noche en prisión
En el país de la libertad, casi uno de cada dos estadounidenses afirma haber tenido a un familiar al menos una noche en la cárcel. El porcentaje exacto es del 45%, lo que equivale aproximadamente a unos 113 millones. Han oído bien, 113 millones de personas en Estados Unidos han visto a uno de sus seres queridos alguna vez entre rejas. 1 de cada 5 personas han tenido a un pariente cercano más de un mes en la prisión, 1 de cada 7 más de un año y 1 de cada 34 más de diez años. En la actualidad, son 6,5 los millones de ciudadanos estadounidenses con algún familiar en la cárcel, o lo que es lo mismo, 1 de cada 38 personas.
Los datos son producto de una encuesta telefónica tomada por FWD.us a través de investigadores de la Universidad de Cornwell. En ella, se recogió una muestra de 4.041 adultos mayores de 18 años en el verano de 2018. Para todos aquellos interesados, el estudio está disponible tanto al completo como en formato resumen con las cifras más importantes.
Los números son sobrecogedores, pero todo apunta a que los datos reales son aún más elevados. Muchos de los encuestados fueron testigos de esta desagradable situación cuando eran niños. Por tanto, ¿cuáles habrían sido las cifras en caso de ampliar el rango de edad de la encuesta a los menores de 18 años?
El estudio apunta a varios factores de desigualdad existentes que forman parte de la idiosincrasia del país norteamericano desde su nacimiento. El racial, cómo no, tenía que ser obligatoriamente uno de ellos. Un 63% de las personas negras y nativoamericanas residentes en EEUU han tenido a un familiar en la cárcel, muy alejados del porcentaje de latinos (48%) y blancos (42%), también elevados, por otra parte. Cuando hablamos de parientes que han pasado más de un año entre rejas, la distancia es todavía mayor. Entre los negros encuestados, un 31% han vivido esta circunstancia, por el 17% de latinos y el 12% de blancos.
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Por todos es sabido el diferente trato que recibe un estadounidense en función del color de su piel. Los números solo ponen de manifiesto una lacra que ha terminado con la vida de muchos ciudadanos negros y ha dejado a tantos otros en una situación más que delicada.
El racismo está íntimamente ligado con las diferencias económicas, otro de los factores del país capitalista por excelencia que se detallan en el estudio. A menor nivel adquisitivo en las personas consultadas, mayor es la posibilidad de que uno de sus seres queridos haya ingresado en prisión. En concreto, estos son los datos que han salido a la luz:
- Entre 0 y 25.000 dólares al año, el porcentaje es del 53%.
- Entre 25.000 y 50.000 dólares al año, el 50%.
- Entre 50.000 y 70.000 dólares al año, el 44%.
- Entre 75.000 y 99.000 dólares al año, el 39%.
- Con más de 100.000 dólares al año, el 33%.
Si hacemos referencia a familiares que han estado más de un año en la cárcel, las probabilidades se triplican si los consultados están en el escalafón económico más bajo con respecto al más alto.
Y, por si quedaran dudas, los investigadores dejan claro que todo esto va mucho más allá de duopolio turnista instaurado en el poder desde hace siglos. Prueba de ello es que el ratio de encarcelamiento familiar es similar entre republicanos y demócratas, los dos partidos políticos predominantes. Tampoco tiene nada que ver con la religión, ya que los números son idénticos entre familias cristianas y de otro tipo. Es un problema estructural que, lejos de solucionarse con el tiempo, no ha hecho nada más que empeorar. Sin ir más lejos, el número de presos se ha multiplicado por cuatro desde 1980.
Unas consecuencias devastadoras para toda la familia (incluido el preso)
710 de cada 100.000 estadounidenses entran en prisión. El segundo en la lista es Gran Bretaña, con 147. La diferencia evidencia la gravedad del asunto, pero la cárcel tampoco resuelve nada. Según datos del Journal of Public Health, los riesgos de sumergirse en un mundo de drogas y alcohol dominado por la desesperanza durante las dos semanas siguientes a la puesta en libertad son mucho mayores. En ocasiones, esta espiral de destrucción termina con un distanciamiento familiar o una ruptura sentimental, sobre todo si hay hijos de por medio, y la crisis se vuelve insostenible.
No obstante, si hay alguien que lo pasa mal de todas las formas posibles es la familia. El alto coste que supone el juicio suele ser demoledor para unas personas que, en la mayoría de los casos, no cuentan con demasiados recursos, lo que les impide incluso visitar a los reclusos (solo un 23,9% pueden permitírselo). Además, el 54% de los encarcelados son los que sustentan la economía de la casa, y un 75% había conseguido un trabajo tan solo un mes antes, por lo que su situación es todavía más preocupante.
Un estudio realizado en 2015 por el Ella Baker Center señala que el 65% de las familias con un miembro en prisión tienen serias dificultades para hacer frente a las necesidades básicas (comida, vivienda, sanidad, etc.). Estas son las repercusiones financieras, pero quedan por analizar las emocionales. En este sentido, los que más sufren las consecuencias psicológicas y sociales son los niños, forzados a un cambio radical en sus vidas que puede llevarles a la estigmatización en la escuela y a la depresión o ansiedad en sus hogares. La inestabilidad en una etapa tan crucial como es la niñez puede repercutirles gravemente en un futuro.
Hasta el propio estado paga los efectos de una sociedad fallida, gastándose 273 billones al año en sostener un aparato policial y judicial que no colapse. Sin embargo, no deja de mirar hacia otro lado, intentando tapar sus problemas en una alfombra que ya no da a basto. Si esta es la 'American Way of Life', es un fracaso.