El botellón, los jóvenes y la normalización del alcohol a edades tempranas

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El botellón, los jóvenes y los problemas sociales que genera

Seguramente la mayoría de los jóvenes ya habremos pasado la época de la adolescencia en las que hacíamos botellón a menudo, pero... ¿qué hay de quienes lo consideran el único ocio y viven esperando toda la semana para que llegue ese momento?

Por Celia Varona  |  11 Febrero 2019

Cuando nos juntamos con los amigos de toda la vida del instituto siendo ya más mayores, es imposible no hablar de los tiempos pasados, de las clases, de las actividades extraescolares, de los primeros besos... y de los primeros botellones. La mayoría de los millennials tenemos la idea del botellón adolescente en la cabeza, una parte importante de esa complicada etapa.

Pongámonos en situación: 8 de la noche (recuerda que a las 12 como tarde en casa, eso si no tenías padres demasiado estrictos), parque apartadito con pocas luces, después de haber conseguido que una persona mayor de edad nos 'pasara' el alcohol en el supermercado de turno. O, si había suerte, conseguir pasar sin que nos pidieran el DNI. Vodka negro, rosa o azul fosforito... lo más llamativo que encontráramos. Y, para mezclar, zumito tropical o refresco de limón del malo malísimo. Poco azúcar para el cuerpo, venga. Sentados en círculo con un frío tremendo y beber porque sí, porque era lo que tocaba y lo que se hacía.

Seguro que una imagen vuestra en una situación similar se os habrá venido a la cabeza al leer las líneas anteriores. Esos míticos momentos: que si cuida a un amigo borracho, que si cuidado con la policía, que si jugamos a la botella, que si nos hacemos los borrachos, que si hay drama, llantos o peleas... Esto formaba parte de los viernes o sábados de cada semana. Algunos acudían a menudo a las convocatorias de botellón, otros eran unos fijos. Lo que teníamos en común unos y otros es que no teníamos ni idea de los problemas que existen detrás de este fenómeno social llamado botellón.

El alcohol a edad temprana genera muchos problemas de salud, pero también a nivel social.
El alcohol a edad temprana genera muchos problemas de salud, pero también a nivel social. Shutterstock

Unas cifras que impresionan

El concepto de botellón nació entre los 80 y 90. Los tempranos cierres de los bares o los altos precios hacían que un sector de la población, especialmente el joven, fuera acostumbrándose a beber alcohol en la calle, pues era más barato de adquirir y así la gente estaba más a su aire. Durante esas décadas se acuñó el término. Desde entonces, además de unas cifras in crescendo, el término se ha ido extendiendo, normalizando y adaptándose a los nuevos tiempos. Todos conocemos los macrobotellones (botellones organizados para todas las edades en un espacio abierto, con la diferencia de que beber allí es legal) y los botellódromos (mejor tener un sitio establecido y no usar veinte mil por toda la ciudad, porque recoger... mucho no se recoge).

Según las estadísticas de los últimos años, los adolescentes comienzan a beber en torno a los 14 años. Lejos de valorar si esta edad es más o menos temprana, analicemos la etapa. Es en la adolescencia cuando nuestra autoestima está más minada, cuando cuesta más hacer amigos y menos perderlos y cuando se establecen unos roles muy marcados en el grupo: el friki, el listo, el guay... Muchos adolescentes comienzan a beber por la presión social que supone el ir todos los viernes a beber a la calle o porque, únicamente, quieren hacer amigos. De hecho, podría enumerar muchas experiencias donde el grupo 'guay' se ríe del 'pardillo' que se ha emborrachado mucho por salir por primera vez con ellos. Eso sí, al día siguiente puede que sea el héroe.

Hasta aquí, no sé si somos conscientes del problema al que nos enfrentamos. Ha llegado un punto en el que el botellón se ha convertido en la única alternativa de ocio para muchos adolescentes. Y quienes no quieren participar o buscan otras alternativas suelen o ser excluidos o terminar cediendo.

Todos conocemos los graves problemas que puede acarrear el alcohol en la salud: disminución de la capacidad cognitiva, problemas en el estómago, en el hígado, dificultad para concentrarse... pero hay muchas que acaban pasando desapercibidas. El alcohol afecta a nuestra capacidad para relacionarnos con los demás en un entorno en el que no podamos desinhibirnos, como lo hacemos cuando bebemos. Esto tensa y dificulta las relaciones personales... Algo de lo que ya hemos hablado con BoJack Horseman como hilo conductor.

Los botellones se convierten en la rutina de muchos adolescentes cada fin de semana.
Los botellones se convierten en la rutina de muchos adolescentes cada fin de semana. Shutterstock

La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) hacía un estudio en 2017 y extraía una cifra escalofriante. En toda España, casi 500.000 adolescentes de entre 14 y 18 años se emborracharon al menos una vez al mes. Más de 350.000, no superaban los 16 años. Ese mismo estudio afirmaba que más de 37.000 bebían alcohol a diario. Y las cifras no paran de crecer.

¿Tienen los adolescentes toda la información? ¿Hay alternativas?

A la hora de hablar del problema que supone el botellón como única forma de ocio se tiende a culpabilizar solamente a los jóvenes, como siempre. Sin embargo, tenemos que hacer un intento por analizar de manera más profunda el porqué del botellón. En primer lugar, no existe un ocio alternativo, llamativo y barato que pueda atraer a los jóvenes de la misma manera y, para qué obviarlo, si existe tampoco se fomenta.

En segundo lugar, es fácil hablar de las consecuencias negativas del alcohol, de los riesgos del botellón y de los castigos que nos van a imponer si llegamos bebidos a casa; lo que es difícil es advertir, intentar crear capacidad crítica y hacernos consecuentes de nuestros actos. Y sí, hablamos de los padres. Por último, resulta desalentador, a los 15 años, tener que usar el alcohol para decirle a un amigo que llevamos media vida enfadados con él o a un chico o chica que nos gusta. Y no podemos olvidarnos el índice de agresiones sexuales que se cometen a tan temprana edad bajo los efectos del alcohol, culpabilizando a la víctima de ello.

El botellón es un tema que, por muy banal que nos parezca según vamos creciendo, es el día a día de muchos adolescentes. El único momento de la semana que quieren que lleguen y la única forma de disfrutar. Algo está fallando desde hace mucho tiempo,

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