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Contacto cero tras la ruptura: ¿es la mejor opción?
Ser los mejores amigos justo después de una ruptura no es tan fácil como parece. ¿Por qué es importante aprender a decir adiós?
24 Agosto 2021
|Distanciarse o no tras omper con tu pareja: he aquí la gran cuestión. Lo más racional es alejarse, pero es normal que sentimentalmente no es plato de buen gusto despedirse definitivamente y asumir tan brusco cambio. Muchas veces (en realidad la mayoría de ellas), la excusa para no tomar distancia suele ser la de mantener una amistad, haciendo alarde de una madurez y una estabilidad emocional que, muchas veces (de nuevo, la mayoría de ellas), suele ser más fachada que otra cosa.
La mayoría de los psicólogos y expertos en la materia del amor suelen coincidir en que mantener el contacto con la expareja no suele ser una buena decisión. Una ruptura amorosa no es un plato de buen gusto para nadie, pero no desengancharse del otro puede ser todavía peor, por lo que la máxima a seguir después de una separación suele ser la del 'contacto cero'. La pregunta es: ¿por qué están tan seguros los psicólogos?
No terminar de decir adiós, y otros métodos de tortura
Finalizar una relación amorosa supone un choque emocional que muchas veces puede ser traumático. Cuando se está en pareja, esa persona no solo forma parte de tu día a día, también empieza a ser casi una una extensión de ti. Desprenderse de esa extensión, si bien probablemente sea lo mejor, es tremendamente difícil. No obstante, la recomendación suele ser cortar de raíz cualquier tipo de contacto, para así acostumbrarse a una vida sin el más mínimo rastro de esa persona, al menos hasta que se haya asumido por completo la nueva realidad.
No terminar de desengancharse de aquello que ya no forma parte de nuestra vida, o al menos ya no de la misma forma, puede ser considerado como un método de auto tortura. Es algo así como enseñarle constantemente a un niño un caramelo que no se puede comer. El niño sabe que no debe, ya se lo han explicado, pero aún así le es imposible dejar de mirarlo. Y ya no solo eso, sino que cuanto más tiempo se esté sin pronunciar ese adiós definitivo, más tiempo se prolongará ese sufrimiento, y más tarde terminará ese proceso de duelo. Sí, terminar una relación supone afrontar un proceso de duelo.
¿Cómo debe aplicarse el contacto cero exactamente?
Muchas personas deciden dejar de hablar de inmediato después de una ruptura, tal vez porque la relación no acabó en los mejores términos, pero no terminan de perder el contacto. Contacto cero no solo es dejar de hablar de manera directa; también es dejar de ver fotos viejas, de stalkear las redes sociales o de recibir informaciones de terceras personas. De hecho, hacer esto es peor todavía porque, como bien sabemos, las redes sociales no suelen reflejar la realidad y las informaciones de terceros pueden ser como un 'teléfono escacharrado'.
Hay otras personas, en cambio, que sí desaparecen por completo de la vida del otro, pero no con la finalidad de superar nada. Muchos gurús del amor que se ven a diario por Internet suelen tener la solución mágica para recuperar un amor perdido: perder todo contacto. Según estas personas, "de esta forma, tu ex se dará cuenta de que no puede vivir sin ti". Primero, construir una relación a base de manipulación no parece muy buena idea, y segundo, si tu pareja necesita perderte para darse cuenta de que te quiere en su vida, es probable que esa relación no merezca la pena.
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Así pues, aplicar la estrategia del contacto cero debe servir para reencontrarnos con nosotros mismos y sanar heridas, no para prolongar sufrimiento, estrés, o ansiedad. El darnos un tiempo de forma exclusiva para nosotros mismos, nos va a permitir tomar distancia del conflicto, aclarar nuestra mente y decidir qué es lo que queremos o no para nuestra vida. Por supuesto que es difícil, y que enfrentarse a esa nueva vida da miedo, pero si continuar con ese contacto solo nos está generando dolores de cabeza, sin duda es lo mejor.
¿El contacto cero se debe aplicar en el 100% de los casos?
Si dijéramos que sí, estaríamos pecando de absolutistas, y la realidad es que cada caso es un mundo. Hay parejas, sobre todo aquellas que estuvieron juntas durante mucho tiempo y que hasta convivieron en la misma casa, que viven la etapa del duelo durante la propia relación y de forma previa a la ruptura. Son aquellos matrimonios en los que la llama ya se había apagado hace años, o aquellos noviazgos en los que la última etapa de la relación, para nada conflictiva, parecía más una amistad que un noviazgo. En ese caso, estas personas pueden no requerir de ningún tiempo, pues no han experimentado un choque psicológico, o este se ha producido de forma tan paulatina que ni se han dado cuenta.
Qué bonito sería terminar relaciones sin afrontar dolorosos procesos de duelo, pero esto no suele ser lo habitual. Superar por completo una ruptura conlleva tiempo, y cuantas menos interferencias tengamos por el camino, mejor. La finalidad del contacto cero es aprender a vivir en el presente, sin un pasado que nos atormente y sin un futuro en la cabeza que nos genere ansiedad. Lo que va a pasar más adelante no lo puede saber nadie, lo que sí está claro es que si esa relación terminó es por algo. Ahora es tiempo de reconstruirse, de volver a ser una naranja entera, y luego será el tiempo el que dirá.