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'El libro de cocina del anarquista' y 'Roba este libro', los manuales subversivos de los años 70
Los libros son fuente de conocimiento. Muchas obras han sufrido la censura de los regímenes totalitarios por ser 'peligrosas' para los intereses de los tiranos. A menudo se trataban de ensayos filosóficos que cuestionaban el statu quo y especulaban sobre nuevas sociedades más justas. Sin embargo, hay textos cuya peligrosidad ha pasado del plano teórico al criminal.
23 Abril 2019
|Ray Bradbury, autor de grandes obras como 'Crónicas Marcianas' y 'Farenheit 451', dijo una vez que un libro era "un arma cargada". Esta expresión metafórica hace referencia a la influencia que una obra puede tener sobre el lector en términos de aprendizaje de nuevos conocimientos, apertura de nuevos puntos de vista y adopción de novedosos instrumentos con los que analizar el mundo y proceder a la crítica del mismo.
Sin embargo, la peligrosidad de un libro muchas veces ha traspasado el ámbito de la metáfora para incurrir en el de la realidad. Uno de los precedentes históricos más relevantes fue cuando Atila, según 'Memorias de Atila' de Jose Luis Vila San-Juan, utilizó los escritos de teóricos militares romanos, que eran de dominio público, para mejorar sus tropas hunas antes de atacar, precisamente, al Imperio Romano.
Si bien es cierto que aquellos textos eran militares, y que fueron utilizados por un líder imperial, la historia demuestra que una publicación 'contracultural', distribuida legalmente, basta para generar el caos. Aquí vamos a echar un vistazo a dos de ellas: 'El libro de cocina del anarquista' y 'Roba este libro'.
Los frenéticos años 70
Los 70 fueron una década convulsa. En plena Guerra Fría se produjeron hechos que marcarían el futuro del mundo, como la Crisis del Petróleo de 1973, el escándalo del Watergate, la Guerra de Vietnam, el genocidio camboyano o la Revolución Iraní.
Mientras todo esto sucedía, la producción cultural seguía su curso imparable. En la gran pantalla se estrenaron, entre muchas otras películas, 'La Naranja Mecánica', 'El Padrino' o 'Taxi Driver'. En el plano musical, bandas como Led Zeppelin y Black Sabbath comenzaron a ganar notoriedad, y otras Aerosmith o AC/DC daban sus primeros pasos.
Además, en plena resaca del movimiento hippie, surgió el punk con los Ramones y The Clash como máximos exponentes. Si bien los primeros esgrimían un estilo más nihilista, los segundos estaban muy comprometidos políticamente. Sin embargo, ambos compartían una misma sensación de repulsión ante la sociedad del momento.
Lo más visto
Aquel sentimiento era compartido por muchísimas personas, especialmente en los EEUU, país inmerso en la impopular Guerra de Vietnam. Allí, algunas personas expresaron aquellas sensaciones de rabia e impotencia en textos que acabaron convirtiéndose en verdaderos manuales de lucha contra un gobierno injusto y supervivencia de un sistema hostil. Más tarde, aquellas publicaciones traerían de cabeza a las fuerzas policiales y algunos autores llegarían a arrepentirse de haberlas escrito. Repasemos dos de los más importantes.
'El libro de cocina del anarquista'
Años antes de fallecer por un infarto en 2017 , William Powell, autor del libro, expresó en repetidas ocasiones su voluntad para que 'El libro de cocina del anarquista' se dejase de imprimir y fuera retirada de todos los espacios donde se encontraba a la venta. En Amazon, donde aún se puede adquirir el libro, Powell escribió un mensaje para explicar las razones que le llevaron a estar en contra de su propio trabajo.
Estas causas fueron los constantes vínculos de la obra con numerosas acciones criminales, como el secuestro de un avión en 1976 por parte de un grupo ultranacionalista croata o el ataque terrorista al edificio de la policía federal ubicado en Oklahoma en 1995. Además, los autores de la masacre de Columbine o del ataque a un instituto de Colorado en 2013, también estuvieron relacionados con la obra de Powell.
En un escrito en artículoThe Guardian aquel 2013, reconoce que lo que le llevó a realizar aquella obra cuando tenía 19 años, allá por 1969, fue su errónea convicción de que "la violencia podía ser usada para prevenir la violencia", y luchar así contra el Ejército de EE.UU, el cual le perseguía para enviarlo a pelear "y, posiblemente, morir en Vietnam".
El adolescente Powell, que años después se convertiría en un profesor implicado en el desarrollo educativo de varias regiones africanas, dividió la obra en cuatro capítulos.
- El primero explicaba cómo conseguir o elaborar drogas como marihuana, peyote, anfetaminas, cocaína o heroína.
- El segundo, abordaba diversas formas de sabotaje, desde dispositivos electrónicos como micrófonos, radios o teléfonos hasta motores de vehículos.
- El tercero compilaba los diferentes métodos de lucha cuerpo a cuerpo, así como las instrucciones sobre cómo construir armas caseras como pistolas, rifles y hasta silenciadores.
- El cuarto capítulo aglutinaba los pasos para elaborar explosivos como nitroglicerina, dinamita o TNT.
La razón por la que el libro todavía puede ser adquirido por cualquiera se debe a que Powell vendió sus derechos sobre él. Además, mucha gente ha utilizado la obra para elaborar sus propios 'libros de cocina', por lo que en ocasiones es difícil determinar cuál es el original.
Lo más nuevo
Aquella obra se enmarca en un contexto histórico determinado donde muchísima gente vio en la actividad subversiva una manera de combatir un sistema injusto. En 1971, 'El Libro de Cocina del Anarquista' no fue el único libro 'peligroso' que se podía adquirir.
'Roba este Libro'
Abbie Hoffman, activista y fundador del Partido Internacional de la Juventud (los 'yippies'), formó parte en numerosas campañas contra la Guerra de Vietnam, así como en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. Graduado en psicología por las universidades de Brandeis y California, escribió en 1971 'Roba este libro'.
El título provocativo buscaba precisamente eso: que el público lo adquiriera sin pagar. Hasta 30 editoriales se negaron a publicarlo, y muchas librerías que lo pusieron en venta sufrieron, efectivamente, numerosos robos.
Aquel libro era un manual sobre cómo vivir fuera de la sociedad, literalmente. Hoffman lo dividió en tres secciones: '¡Sobrevivir!', '¡Luchar!' y '¡Liberar!'.
- En '¡Sobrevivir!' se encuentran los capítulos donde se detallan las instrucciones sobre cómo robar comida, muebles, ropa o vehículos, así como el proceso para hacerse con viviendas o tierras y fundar comunas. También se explica cómo se puede crear una prensa libre, adquirir medicamentos o vivir sin un empleo.
- En '¡Luchar!', el autor explica cómo piratear tarjetas de crédito, organizar la televisión y la radio 'guerrillas', así como la elaboración de cascos máscaras de gas, walkie-talkies y bombas caseras.
- Finalmente, en 'Liberar', Hoffman analiza la situación concreta de Nueva York, Chicago, Los Angeles y San Francisco y aborda las posibles acciones específicas que en dichas ciudades se podrían llevar a cabo.
Subversión contextualizada
En la novela 'El Club de la Lucha', de la cual se hizo la película de culto homónima, se detallan algunas 'recetas' para elaborar explosivos. Si bien su autor, Chuck Palanihuk, las expuso de verdad, la editorial cambió algunos ingredientes para evitar ser responsable de cualquier desgracia que pudiera producirse. Probablemente, los editores tendrían presente las obras que hemos analizado previamente.
Sin embargo, estos libros pertenecen a un determinado contexto histórico. Fueron concebidos por personas en unas causas socioeconómicas determinadas, y así se deben tratar. Regular la producción cultural es una decisión muy arriesgada, pues es permitir que la censura siente un precedente, y ello puede ser peligroso para el futuro de una sociedad democrática.
Por otra parte, si el público juzga con criterio una obra, cualquiera que sea, no tendría que haber peligro ninguno. Dicho criterio sólo se consigue, no mediante la censura, sino a través del conocimiento, de la educación.