EDM vs techno: la gran batalla de la música electrónica

Shutterstock

EDM vs techno, o cómo la comercialización de la música mantiene dividido a todo un género

Ha ocurrido siempre: desde el rock & roll al hip hop, pasando por el punk o el heavy metal. Cuando los productores y distribuidores ven que pueden hacerse de oro con un género musical, arrasan con lo que sea, aunque en el proceso se lleven por delante la creatividad o incluso la salud de los artistas. Es lo que lleva ocurriendo, desde hace años, con la música electrónica. Y es este el origen del debate EDM vs techno que vamos a explicar aquí.

Por Javier Fernández  |  07 Junio 2019

En este mundo hay materias que son inabarcables. Sin duda, una de ellas es la música, tan antigua como el propio ser humano: desde la prehistoria hasta nuestros días, las formas que esta ha tenido a lo largo de todos los siglos han sido múltiples, probablemente innumerables.

Dado este contexto, es muy fácil que dos o más géneros musicales se presenten como contrarios o antagónicos. En las décadas recientes se ha producido un debate en la música electrónica entre el EDM (Electronic Dance Music) y el techno. De hecho, la red está repleta de páginas web y vídeos que analizan ambos conceptos y que, dependiendo de la inclinación de los autores por cada uno de ellos, desacreditan y se mofan de uno o de otro.

Por ello, vamos a analizar en qué se diferencia cada uno y por qué se ha generado un debate en torno a ambos.

EDM (Electronic Dance Music)

Según la 'Enciclopedia Britannica', el EDM es un término que engloba los diversos estilos musicales que se crearon durante la década de los ochenta. En concreto, más que designar un único género, el EDM incluye estilos desde la música ambiental más tranquila hasta el hardcore, pasando por el house, techno, drum and buss o dubstep.

No se trata, por lo tanto, de un único estilo, sino de un concepto bajo el cual se hallan diversos géneros de la música electrónica. Por otro lado, el techno sí es un género en sí mismo, que nació en un contexto social y económico determinados.

Techno

A finales de los años setenta, la industria automovilística de Detroit entró en decadencia. La juventud de la época, con ganas de aplacar su desazón y falta de perspectivas de futuro, comenzó a evadirse en los clubes y discotecas de la ciudad, donde actuaban numerosos DJ que pinchaban todo tipo de música proveniente tanto de Estados Unidos como de Europa.

La ciudad de Detroit, en un contexto de decadencia económica, fue la cuna del 'techno'.
La ciudad de Detroit, en un contexto de decadencia económica, fue la cuna del 'techno'. shutterstock

En este contexto, el estilo de bandas como los alemanes Kraftwerk y del house que en aquellos años se popularizó en la ciudad de Chicago, ejercieron una gran nfluencia sobre numerosos DJ. Algunos de estos fueron Juan Atkins, Derrick May y Kevin Saunderson, quienes formaron The Belleville Three, grupo considerado como una absoluta eminencia del techno. Sus composiciones arrasaron entre el público, y se difundieron en los clubes norteamericanos y en los del viejo continente.

De hecho, a comienzos de los noventa se formaron los grupos británicos The Prodigy y The Chemical Brothers, eminencias de la música electrónica que lograron arrasar entre el público mayoritario con sus composiciones de techno.

No obstante, a pesar del éxito comercial, el elemento contestatario se encontraba muy presente entre muchos amantes de este género. Uno de los exponentes del techno más comprometido fue Underground Resistance, banda formada a finales de los años ochenta en Detroit, ciudad devastada en aquel momento por las políticas neoliberales de Ronald Reagan.

En su manifiesto, Underground Resistance dice lo siguiente: "Os emplazamos a que os unáis a la resistencia y nos ayudéis a combatir la mediocre programación audiovisual que está siendo transmitida a los habitantes de la Tierra, esta programación está estancando las mentes de la gente, construyendo un muro entre razas e impidiendo la paz mundial".

A través de estas líneas, el grupo realiza una crítica a la sociedad, mediante la denuncia feroz al modus operandi de la industria musical actual. Esta cuestión es un factor clave que, hoy en día, está muy presente.

Caída y resurgimiento

Hemos visto que, durante la década de los noventa, el techno alcanzó un éxito impresionante en todo el mundo. En Estados Unidos, las fiestas donde se escuchaba este tipo de música conocidas como 'raves', pronto empezaron a ser un quebradero de cabeza para las autoridades, no solo por la afluencia de gente que acudía, sino por el consumo de drogas que se producía en numerosos eventos de este estilo.

Aquella presión de las autoridades hizo que el seguimiento del techno, y de la música electrónica, se redujera entre el público: de hecho, algunos DJ tuvieron que emigrar a Berlín, donde veían más futuro para su carrera.

Sin embargo, la música electrónica resurgió de nuevo. Según apunta el periodista especializado Simon Reynolds, la principal causa de aquel retorno fue la decidida voluntad de "eliminar la palabra 'rave' y todas sus asociaciones: chavales drogados desplomados en el suelo, hospitalizaciones...".

Es la línea que sigue Gary Richards, promotor de la compañía Hard Events: "Realmente teníamos que eliminar el estigma de la asociación del techno con el éxtasis (...) Si te acercas a una autoridad local y utilizas la palabra 'rave', tu modelo de negocio está acabado".

Por todo ello, se empezó a utilizar la palabra 'festival', que representa un claro intento de los promotores de separar el EDM del concepto de techno y 'rave'.

La cima del mainstream

Aquellos intentos de desestigmatizar la música electrónica surtieron efecto. Por otra parte, Internet tuvo un papel primordial como difusor de las nuevas creaciones musicales, y como transformador absoluto en el modo en que se crea y se distribuye actualmente la música. Todo ese influjo de cambios fue aprovechado por el pop, hasta el punto de convertir la música electrónica en el campo de pruebas del estilo predominante, circunstancia que no sentó bien al sector más tradicional.

Sin embargo, no cabe duda de que en los últimos 10 años se ha generado una comercialización bestial de la música electrónica y una transformación de los DJ en figuras equiparables a estrellas del rock, lo que de paso supone una reducción de la creatividad.

El núcleo de la discordia

El término EDM, actualmente, está vinculado a esa comercialización desmedida de la música electrónica, que lleva a fundirse con otros géneros más populares y simples, reduciendo la capacidad creativa de los DJ.

Esta situación es denunciada por muchos seguidores del techno, que reivindican los elementos que llevaron al nacimiento y desarrollo de este género como la creatividad o la voluntad de expresar un mensaje determinado. Si alguien alberga dudas sobre si el techno puede albergar un 'mensaje' como cualquier otro género, basta con ver las protestas de mayo de 2018 en Tiblisi, frente al Parlamento georgiano, en las que se pincharon largas sesiones de techno para denunciar las redadas policiales contra los clubes donde se pincha este tipo de música.

Sin embargo, esta historia no es nueva. La explotación comercial le llegó a todos los géneros musicales anteriores, y ahora está sucediendo con la música electrónica. La clave es controlar esta situación, y cuidar la música electrónica, tal y como se hace en lugares como Berlín, donde la Clubcomission vela por el mantenimiento de la cultura de club, muy respetada por toda la sociedad, en la capital alemana.

Artículos recomendados