Los equipos de EEUU ya no van a la Casa Blanca

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Los equipos de EEUU ya no van a la Casa Blanca: el motivo, Donald Trump

El deporte estadounidense ha vivido un cambio político desde la llegada de Donald Trump. El presidente de Estados Unidos ha generado un rechazo generalizado entre los deportistas, y las visitas protocolarias a la Casa Blanca han ido desapareciendo poco a poco hasta ser mínimas.

Por Miguel Arjona  |  05 Julio 2019

El Mundial de Fútbol Femenino de Francia ha sido uno de los acontecimientos deportivos del año. El auge de la categoría de mujeres ha aumentado en los últimos meses, y su seguimiento ha sido mayor que en otras ediciones. No obstante, uno de los motivos por los que ha sido una edición tan mediática es poco tiene que ver con el fútbol.

La selección estadounidense partía como una de las favoritas para alzarse con el título de campeona del mundo. Se trata de una de las potencias futbolísticas, ya que acumulan tres campeonatos mundiales de ocho ediciones disputadas. En este caso, sus jugadoras, además de haber sido noticia por su despliegue futbolístico, también han sido protagonistas por algunas declaraciones fuera del campo.

Megan Rapinoe, estrella de la selección estadounidense, desató el caos con sus declaraciones al 'Eight by Eight'. "No voy a ir a la puta Casa Blanca. No nos van a invitar. Lo dudo" decía de la futbolista en relación a la posible visita a Donald Trump. La recepción del presidente a los campeones estadounidenses de las diferentes competiciones es una tradición más que instaurada en el país 'yankee'. De ahí la importancia de estas declaraciones vertidas por la centrocampista.

Megan Rapinoe es una jugadora que está involucrada en causas sociales como la lucha por la igualdad salarial con los hombres, la lucha por los derechos del colectivo LGTBIQ+, e incluso con la iniciativa de 'Common Goal'. La futbolista se unió, junto a su compañera Alex Morgan, a la fundación creada por Juan Mata, en la que donan un 1% de su sueldo para ayudar a niños y niñas alrededor del mundo gracias al fútbol. En resumidas cuentas, las diferencias ideológicas con Donald Trump son de una gran distancia.

Los mensajes de apoyo hacia la futbolista no tardaron en llegar. Sus compañeras han mostrado estar de acuerdo con Rapinoe, además de empresas como Body Armour, que le han dedicado un anuncio exclusivo donde destacan las cualidades de la jugadora. También Sue Bird, estrella de la WNBA y del baloncesto estadounidense, y mujer de Megan Rapinoe, escribió un artículo en 'The Players Tribune' ensalzando a la futbolista.

Ya es una tradición en el deporte estadounidense

Lo cierto es que este tipo de ausencias se han convertido en una nueva costumbre dentro del deporte estadounidense. Muchos de los equipos que han sido campeones desde 2017, momento en el que Donald Trump tomó la presidencia, no han participado en la recepción de la Casa Blanca. Y los equipos que sí han asistido no lo han hecho al completo.

Donald Trump ha provocado un rechazo generalizado de los deportistas estadounidenses hacia su figura.
Donald Trump ha provocado un rechazo generalizado de los deportistas estadounidenses hacia su figura. GTRES

El caso de los Boston Red Sox, uno de los equipos de béisbol más importantes del país, es uno de los más ejemplares. El equipo acudió a la recepción del presidente republicano, pero no lo hizo al completo. Algunos de sus jugadores decidieron ausentarse de este acto. Fueron jugadores que eran afroamericanos o latinos. Entre ellos se encontraban David Ortiz, Mookie Betts, Xander Bogaerts o David Price. "Tú no quieres ir y darle un apretón de manos a un tipo que trata a los inmigrantes como mierda, porque yo soy uno" decía Ortiz.

En la NBA tampoco han querido hacer la visita protocolaria a la Casa Blanca. Durante este periodo, los Golden State Warriors no han querido acudir debido a las políticas y las declaraciones del presidente de EEUU. "No estamos de acuerdo con las cosas que ha dicho y las que no ha dicho. Al no acudir (a la Casa Blanca), tenemos la esperanza de que inspirará algún cambio relacionado con lo que toleramos en este país y lo que es aceptable" dijo Stephen Curry, la estrella de la franquicia.

Quizás todo empezó cuando Donald Trump decidió protagonizar uno de los conflictos más mediáticos de los últimos años en el mundo del deporte. El jugador Colin Kaepernick comenzó una protesta que consistía en arrodillarse durante el himno estadounidense, en señal de rechazo a la brutalidad policial. "No voy a mostrar orgullo por un país que oprime a la gente negra. Para mí, la vida de tantas y tantas personas es más importante que el fútbol americano y sería egoísta no hacer nada" declaraba Kaepernick.

Algunos compañeros de la NFL se sumaron a este movimiento, y el presidente tomó cartas en el asunto. Trump se pronunció en un mitin político en el que se dirigía a aquellos jugadores de la menta siguiente: "Despedid a esos hijos de puta". Poco después, algunas estrellas de la NFL como Aaron Rodgers y Tom Brady también se sumaron, y el movimiento fue imparable.

La implicación política en el deporte

Las ligas mayores (así se le llama a las competiciones importantes estadounidenses) tienen diferencias a nivel ideológico y, por lo tanto, también a nivel político. La NFL ha sido una liga tradicionalmente afín a la idiosincrasia de la política estadounidense, mientras que la NBA sí se ha mostrado más flexible en este sentido.

La liga de baloncesto ha permitido que sus jugadores pudieran expresarse libremente en múltiples ocasiones, mientras que la NFL ha sido más intervencionista en este sentido. De hecho, en el plano particular de los dueños de las diferentes franquicias, la NBA ha sido tajante en cualquier actitud discriminatoria como ocurrió con Donald Sterling en Los Angeles Clippers. Sus palabras racistas provocaron una protesta por parte del cuerpo técnico y la plantilla, y la NBA le obligó a vender la franquicia, además de prohibirle entrar en cualquier pabellón durante el resto de su vida.

Estos cambios ideológicos no solamente se contemplan en relación con las diferentes ligas, sino que también se advierte en las distintas conferencias que las componen. Las ligas están divididas en función de su posición geográfica, y esto trae consigo una diferencia cultural enorme. Por ejemplo, en la NBA los equipos de la Conferencia Este han sido tradicionalmente más duros, con un sistema más especializado en defensa. Mientras que los de la Conferencia Oeste han tenido un juego más vistoso, más atractivo para el espectador. Esto se puede ver claramente en la rivalidad entre Los Angeles Lakers y los Boston Celtics de la década de los 80.

Indistintamente de las conferencias y de las competiciones, Donald Trump parece haber unido a una mayoría de deportistas desde que llegó al poder. El rechazo que sienten por el presidente actual parece irreversible, por lo que la tradicional recepción a la Casa Blanca tendrá que esperar a tener un nuevo inquilino para que vuelva a su máximo esplendor.

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