
American Eagle Outfitters
El silencio de Sydney Sweeney que la convirtió en la nueva musa de Trump
Un simple anuncio de vaqueros ha bastado para convertir a Sydney Sweeney en la nueva obsesión de Donald Trump y el movimiento MAGA. La actriz de 'Euphoria', que jamás habla de política, se encuentra de pronto en el centro de la guerra cultural estadounidense tras protagonizar una campaña publicitaria que unos tildan de racista y otros celebran como el fin de lo 'woke'.
07 Agosto 2025
|El anuncio que desató la tormenta perfecta
Todo empezó con lo que parecía una campaña inocente de American Eagle. Sydney Sweeney, la chica de moda gracias a 'Euphoria' o 'The White Lotus', protagonizó este verano un anuncio con el eslogan: "Sydney Sweeney tiene buenos jeans". Un juego de palabras en inglés entre jeans (vaqueros) y genes (material genético), ya que suenan prácticamente igual.
En el vídeo, la actriz susurra frases sobre cómo "los genes se heredan de padres a hijos" determinando rasgos como el color de ojos o del pelo, para luego guiñar que "sus jeans son azules". El guiño pretendía ser gracioso, pero a muchos no les hizo ni pizca de gracia.
Varios usuarios en redes sociales y medios progresistas interpretaron el mensaje como una exaltación encubierta de la superioridad racial blanca, incluso tachando el anuncio de "propaganda nazi" y "eugenésico". Ver a una actriz rubia de ojos azules presumir de tener "buenos genes" levantó sospechas sobre un posible guiño al ideal ario.

"Esto simplemente refleja el lenguaje pseudocientífico de la superioridad racial... rasgos que se han utilizado como arma para mantener una jerarquía racial", comentó indignado un usuario en TikTok. Como era de esperar, las redes ardieron. En cuestión de días el anuncio se hizo viral por las razones equivocadas, enfrentando a bandos ideológicos.
Trump encuentra a su nueva musa (y olvida a Taylor Swift)
Si algo le gusta a Donald Trump es alimentar las llamas de una polémica, sobre todo si involucra a Hollywood. En cuanto el revuelo estalló, el presidente no tardó en subirse al carro. Un periodista le informó en una rueda de prensa improvisada de que Sydney Sweeney estaba registrada como votante republicana, a lo que Trump reaccionó encantado: "¿¿Que es republicana?? Oh, ahora sí que me encanta su anuncio", exclamó sonriente.
Hasta ese momento, la actriz jamás se había pronunciado políticamente, pero unos registros públicos confirmaban su afiliación al Partido Republicano desde junio de 2024. Con ese dato en la mano, Trump vio la oportunidad perfecta.
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Horas después, en su red social Truth Social, el mandatario elogió el anuncio de Sweeney con entusiasmo poco disimulado: "Sydney Sweeney, registrada como republicana, tiene el anuncio 'MÁS POPULAR' del momento... ¡A por ellos, Sydney!", escribió Trump, rematando con su ya habitual consigna: "Volverse woke es de perdedores, hacerse republicano es lo que quieres ser".
Para Trump, la campaña de vaqueros de Sweeney era el ejemplo perfecto de cómo lo "no woke" triunfa y vende, mientras que las marcas o artistas "progres" se hunden. De hecho, en el mismo mensaje aprovechó para atacar de nuevo a su enemiga declarada, la cantante Taylor Swift, diciendo que desde que él "alertó al mundo" de que Swift era woke ya "no está de moda".
La búsqueda desesperada de sangre nueva en Hollywood
Hay que entender que MAGA son las siglas de "Make America Great Again", el lema de Trump que identifica a su base derechista. Y esa base llevaba tiempo buscando una celebrity joven que abanderase sus valores. Trump y sus seguidores tienen de aliados a cantantes country veteranos, exestrellas venidas a menos o personajes polémicos (desde Kid Rock a Kanye West, cuya incursión política acabó en desastre).

Pero les faltaba sangre nueva de Hollywood. Sweeney, una actriz atractiva, millennial y exitosa en series de moda, encaja justo en ese hueco. Por fin una estrella emergente que no es abiertamente progresista – debieron pensar –. Trump, necesitado de figuras pop que le hagan guiños, se ha aferrado a Sweeney con todas sus fuerzas.
El lado conservador contraataca con ironía
Del lado conservador, se aplaudió la respuesta de Trump y se ridiculizó la indignación progresista. El senador (y ahora vicepresidente) J.D. Vance bromeó en un podcast: "Mi consejo para los demócratas es que sigan diciendo que cualquiera que vea atractiva a Sydney Sweeney es un nazi. Parece ser su estrategia".
En la misma charla, Vance ironizó sobre lo disparatado que le parece montar un escándalo por "una chica americana guapa haciendo un anuncio normal de vaqueros", y advertía que tildar de nazis a millones de jóvenes fans de Sweeney es una estrategia suicida para los demócratas.
Lo más nuevo
Para la derecha trumpista, la cancelación de Sweeney confirmaría que la izquierda está "chiflada" y es hostil a lo que ellos llaman basic American life (la vida americana de toda la vida). Sweeney se convirtió así en un símbolo anti-woke casi por accidente: la nueva "chica MAGA" que los conservadores pueden enarbolar en la batalla cultural.
El silencio estratégico de Sydney: ¿quién calla otorga?
En medio de todo este huracán político-cultural, Sydney Sweeney no ha abierto la boca. Ni para agradecer el apoyo de Trump ni para aclarar su postura. Cabe recordar que no es la primera vez que la actriz se ve envuelta en polémicas políticas sin quererlo.
En 2022 ya recibió críticas cuando compartió inocentes fotos del 60º cumpleaños de su madre: en la fiesta algunos invitados llevaban gorras rojas con el lema "Make Sixty Great Again" (parodiando el eslogan de Trump) y camisetas de "Blue Lives Matter" (mensaje pro-policial considerado contra el movimiento Black Lives Matter).

Aquello desató una ola de acusaciones en Twitter tachándola de simpatizante MAGA. Sweeney se apresuró a aclarar entonces que "no era la intención convertir la fiesta en una declaración política absurda", y explicó que esas gorras eran un chiste de amigos de su madre. Aquella vez la tormenta pasó... hasta ahora.
Las teorías sobre su silencio calculado
Esta vez, la bola de nieve ha crecido mucho más. Sweeney sigue guardando silencio, y eso deja espacio para todo tipo de especulaciones. Sus fans más progresistas esperan algún desmentido que les devuelva la tranquilidad: ¿acaso Sydney simpatiza con la extrema derecha? ¿O es simplemente una chica de campo inocente utilizada como peón publicitario?
Por otro lado, muchos en la derecha dan por hecho que "quien calla, otorga". Al no negarlo, Sweeney tácitamente estaría de acuerdo con ser la nueva niña mimada conservadora. Las teorías van desde "quizá se registró republicana solo por temas de impuestos tras mudarse a Florida" hasta "no opina de política por estrategia de su equipo".
Pero lo cierto es que, según fuentes cercanas, Sydney siempre ha manejado cuidadosamente su carrera y su marca personal. No parece una marioneta ingenua: aceptó conscientemente el controvertido anuncio (un directivo de la empresa reveló que en una reunión Sweeney pidió "llevar las cosas al límite" con la campaña). Y el hecho es que se registró como republicana en pleno 2024, el año en que el Partido Republicano reabrazó a Trump. Difícil pensar que fue casualidad.
American Eagle: de la polémica al beneficio
La marca American Eagle, por cierto, lejos de disculparse, se apresuró a aclarar que "siempre se trató solo de los jeans, su historia" y que "unos buenos vaqueros lucen bien en cualquiera", anunciando incluso donaciones a causas benéficas para calmar las aguas. El resultado: sus acciones subieron más del 20% tras los comentarios de Trump y los pantalones que lleva Sweeney se están vendiendo como churros.

Contradicciones de la cultura pop: la polémica que unos tildan de racista termina beneficiando a la empresa, Trump saca rédito político, y Sweeney gana aún más fama (quiera o no). Expertos en relaciones públicas señalan que para una estrella en ascenso es arriesgado alienar a parte del público tan pronto.
"Es la peor idea declarar afiliación política en pleno despegue de carrera, porque aún no tiene el estatus para sobrevivir a medio país en contra", opina un veterano publicista. Otros advierten que si Sweeney toma partido o responde, se expone a recibir "todo el peso de la oposición" en redes sociales.
El nuevo rostro involuntario de la anti-izquierda
Lo indudable es que Sydney Sweeney, a sus 27 años, se ha convertido en icono político involuntario. Sin pronunciar una sola consigna, su imagen en unos vaqueros ajustados ha sido cooptada por la extrema derecha estadounidense. En España, donde seguimos estas batallas culturales de reojo, puede sorprender que una campaña de pantalones vaqueros acabe en debate nacional sobre nazismo o cancelación.
Pero en la América de Trump y el MAGA, así de enrarecido está el ambiente. Sydney Sweeney seguramente preferiría ser noticia por sus series o películas, pero ha aprendido por las malas que en la era de las redes sociales y las guerras culturales, nadie escapa a la politización. Y menos aún si eres rubia, explosiva y (supuestamente) "con buenos genes".
Hoy por hoy, le guste o no, Sweeney es la nueva cara de la anti-izquierda estadounidense. Y mientras ella calla, otros corean por ella. ¿Será este silencio una estrategia inteligente para no quemarse, o acabará otorgando razón a quienes la señalan? Solo el tiempo (y quizás las urnas) lo dirán.