Rebajas: 5 claves para sobrevivir si trabajas en tiendas de ropa

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5 claves para sobrevivir si trabajas en tiendas de ropa en periodo de rebajas

Las rebajas, esa época del año tan feliz para algunos y tan horrible para otros. Para vendedores y dependientes de tiendas supone un estrés continuo: ordenar, recoger, lidiar con la gente... ¿cómo podemos llevarlo mejor?

Por Celia Varona  |  12 Enero 2023

Ya están aquí las rebajas, esa época tan esperada y ansiada para unos... y tan temida para otros. Concretamente, para aquellos que trabajan en los centros comerciales y, en especial, en las tiendas de ropa. Hay dependientes que llevan años trabajando en sectores comerciales y de venta y están plenamente acostumbrados a esta época, saben gestionar el estrés y cómo actuar y lo que se les viene encima. Pero también existe un pequeño sector que suele cubrir estos puestos en verano, por eso de ganarse unos ahorrillos de cara a pagarse lo que sea durante el curso. En estos casos, estos novatos no saben muy bien (aunque sí presienten) lo que se les viene encima. Va por todos ellos.

Las rebajas suelen ser la puesta a punto de muchos jóvenes. Si superas esta etapa, podrás con todo.
Las rebajas suelen ser la puesta a punto de muchos jóvenes. Si superas esta etapa, podrás con todo. Shutterstock

Tampoco somos dioses, eh. No esperéis que este artículo os quite el estrés. Las rebajas son las rebajas y la poca empatía de quienes compran como locos (ojo, que hay de todo en la viña del Señor) sin pensar en los demás brilla por su ausencia. Sin embargo, hay formas y formas de llevarlo y de enfrentarnos tanto a la presión de los de arriba como a la de los de abajo.

Vamos con algunos truquillos.

1 No somos padre ni madre de nadie

Si la gente es desagradable, desorganizada, sucia y borde nosotros no lo vamos a cambiar. Porque esas cosas vienen dadas desde casa. Por eso, ahorremos energías en decirle a la gente amablemente (porque tienes que ser amable SÍ O SÍ) qué comportamientos serían ideales o cómo pueden facilitarnos el trabajo. ¿Que no cuesta tanto dejar las cosas en su sitio? Pues no, pero en una tienda... quien viene, arremete contra todo y todos, así que mejor no llevarnos disgustos, que no vamos a conseguir nada.

Míralos qué felices están después de haberte dejado la tienda hecha un desastre.
Míralos qué felices están después de haberte dejado la tienda hecha un desastre. Shutterstock

2 Tú no necesitas una cifra

Muchas veces existe la presión de "hay que hacer tantas ventas", "hay que llegar a esta cifra". Vamos a ver, las ventas no dependen única y exclusivamente de ti, querido novato o novata que intenta ganarse el pan durante los tres meses de verano antes de volver a la universidad. Así que, tranquilidad. No podemos exigirnos cumplir, además de nuestras exigencias con clientes y con la empresa, con los niveles económicos, beneficios y rendimientos. Así que tómatelo con calma y no te obsesiones con las cifras, que no es bueno. Ya nos sabemos muy bien el juego de la competitividad desmesurada entre trabajadores... y no hay que pasar por el aro.

3 El orden

Aunque parezca una buena opción la de dejarlo todo desordenado y recogerlo al final, es una ilusión. Si vamos recogiendo conforme trabajamos, podremos ir dejando todo más o menos ordenado, será más fácil encontrarlo y, por tanto, nos desordenarán menos toda la vida. Hay que ser cuadriculados y gestionar bien el tiempo. Más es menos y es más fácil ir ordenándolo todo progresivamente que meternos la paliza del siglo al final del todo.

Tú coloca las cosas tranquilamente según vaya siendo necesario.
Tú coloca las cosas tranquilamente según vaya siendo necesario. Shutterstock

4 "Las caras, Juan, las caras"

Que el ser humano es la cosa menos lista que puede existir, lo sabemos. Pero no vamos a ganar nada enfadándonos porque nos hablen mal o porque no piensen en nadie más que en su egoísmo. Podremos despotricar contra ellos más tarde, pero mientras tanto mantengamos la cabeza fría, que más vale ahorrarnos un disgusto que otra cosa.

5 Es una maratón, no una carrera

Y esto va sobre todo para las largas jornadas en las que parece que la gente no se cansa de venir. No podemos hastiarnos desde el primer momento porque todo va a ir en picado. Como en todos los maratones, tenemos que estar muy preparados a nivel psicológico y buscar lo más reconfortante del trabajo que hagamos. Truco importante: no mirar el reloj por mucho que queramos, porque eso sí que va a desesperarnos. Mejor mirarlo dos veces y llevarnos una 'grata' sorpresa que estar mirándolo cada cinco minutos y ver que el tiempo no pasa. ¡Truco importante nº2! Si tenemos un descanso, hay que intentar aguantar del tirón el mayor tiempo posible... luego descansaremos y nos quedará menos de la mitad de la jornada.

Aquí, como en todo "cada maestrillo tiene su librillo". Hay quienes lo llevan con normalidad, quienes el estrés continuo de las rebajas les hace pasar el tiempo más rápido y quienes han empezado a trabajar y se les hace más difícil soportarlo. Frente a todo esto, paciencia y respeto ante el resto de personas, aunque te preguntes que por qué no van a parar desahucios con el mismo ímpetu.

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