Escribir con faltas de ortografía, lo peor si quieres empezar una relación

Escribir con faltas de ortografía rompe más relaciones que unos cuernos

Las faltas de ortografía pueden ser tu peor enemigo a la hora de empezar una relación, así que ten cuidado con 'cómo' (con tilde) escribes las cosas.

Por Guille Galindo  |  07 Julio 2022

Comencemos con un breve resumen de la historia de la ortografía en los últimos 30 años, en relación con el uso que han hecho y hacen con ella los jóvenes de cada generación. En realidad, antes no se escribía peor que ahora ni viceversa. Lo que varía son las condiciones y las plataformas en las que nos relacionamos. En los 90 y 2000, el coste de los SMS obligaba a los early millennials a recortar palabras y a incurrir en todo tipo de faltas de ortografía con el único objetivo de terminar el mensaje dentro del límite de caracteres disponibles, y no tener que pagar por otro.

Bajo este mantra crecieron los late millennials, que usaron Tuenti, Messenger, Metroflog y Fotolog de la misma forma, a pesar de que ahí la limitación era infinitamente mayor (y no costaba dinero pasarse). Con el nuevo milenio y el cambio de denominación generacional, los primeros centennials se toparon con unas RRSS muy diferentes a las que habían conocido los chicos apenas 4-5 años mayores que ellos. La naturalidad con toques naíf mostrada en Tuenti se había transformado en la exageración impostada de Twitter o, sobre todo, Instagram, donde tenías que demostrar ser la mejor versión de ti mismo. Además, el establecimiento definitivo de WhatsApp como principal medio de mensajería dio la posibilidad de salir de las ataduras impuestas por los SMS y normalizar la escritura sin abreviaturas ni trampas.

¿Qué duró esto? Una generación. Los nuevos centennials aborrecen escribir en Internet, e intentan ahorrárselo de la manera en la que pueden, ya sea mediante audios de WhatsApp o volviendo a recortar letras de las palabras, estableciendo en torno a las abreviaturas y la escritura errónea en redes (denominado como texting) una forma contracultural pop de alejarse de lo establecido y recuperar la informalidad perdida en 2012. Si bien da un poco más de cringe cuando el texting lo adoptan personas ya entradas en la veintena o rozando la treintena (hola, Lola Índigo o Rosalía), esta es la tendencia actual.

Pero, al margen de esta clase de historia lingüística, no hemos venido a hablar de la relación cambiante entre los mensajes públicos en redes sociales y la ortografía. Al final, las redes sociales son un mundo en el que cada uno intenta mostrarse con las capas con las que se siente cómodo, original o diferente. Tú puedes escribir sin tildes o abreviando palabras en esos sitios, pero ser consciente de lo que haces. Pero de ahí a cómo te comportes en la realidad, es decir, en una conversación privada por Insta, WhatsApp o Tinder, hay un mundo. Y por tu bien, debes tenerlo en cuenta.

Las primeras conversaciones por WhatsApp, Tinder o Instagram son tan importantes como el primer vistazo a una persona. Por mucho que te atraiga físicamente, si descubres al escribirte con él o ella (abreviemos a partir de ahora usando el femenino) que no tiene tema de conversación, no te saca ni una ligera sonrisa o no tiene mucho más donde rascar, el interés por ella se verá reducido drásticamente los primeros días, y mucho te debe de poner para seguir insistiendo en hablar.

El físico es una parte importante, pero también lo es la personalidad. Y también, como vamos a analizar a partir de ahora, lo es la ortografía.

Las faltas de ortografía, el gran inconveniente a la hora de ligar

Pongámonos en situación antes de pasar a los datos. Un amigo te presenta a una amiga en un bar, y ha habido atracción física. Más allá de lo que hayáis podido interactuar esa noche, os dais los Insta y seguís hablando por ahí.

De repente... Uf. Ha soltado la bomba. Ha dicho "haber si nos vemos". El soufflé se desinfla.

Aquí es donde se perdió la magia
Aquí es donde se perdió la magia Unsplash

Y aquí al menos ya has conocido a la chica y te ha podido gustar algo de ella que solape sus faltas de ortografía. Pero imagínate cometer errores así en un mundo tan complicado como el de las apps de citas, en el que, parafraseando a Eminem, tienes "one shot, one oportunity".

Si no me creéis, allá van unos cuantos estudios que lo confirman. Uno de ellos, el del portal de citas Zoosk, asegura que el 40% de los hombres no tendría una relación mínimamente seria con una persona con faltas graves de ortografía. El porcentaje aumenta hasta el 65% en las mujeres, lo que evidencia también aquí una cuestión de género y expectativas. Aglutinando a hombres y mujeres, el 48% de los usuarios afirman que ni siquiera darían el paso de conocer a una persona que escribe mal constantemente. Pero todavía van más allá. Resulta que una coma mal puesta o solo una palabra mal escrita ya te restan un 14% de posibilidades... ¡de que te respondan al mensaje!

Adopte (antigua Adopta un tío), por su parte, realizó un 2018 una investigación a 200 de sus perfiles registrados, 100 de ellos con faltas de ortografía y 100 escritos de manera impoluta. Pues bien, los hombres que no cometían errores a la hora de escribir tenían prácticamente el doble de oportunidades de ser 'puestos en la cesta', el equivalente al 'match' de esta app. En concreto, un 59% de opciones frente al 31% de quienes mostraban faltas de ortografía.

No, el 'ola wapa' no te va a funcionar
No, el "ola wapa" no te va a funcionar Adoptauntio

Son solo dos estudios de las decenas disponibles que reiteran que causar una buena impresión no es solo ser guapo y no mandar una foto de tus genitales a cualquiera, sino saber escribir correctamente.

¿Y si el problema es nuestro y de nuestros prejuicios?

O al menos, eso es lo que piensan las personas que usan el texting. Quienes abogan por no tener en cuenta en absoluto la forma de escribir a la hora de interactuar con alguien, denominan clasistas a los que sí se fijan en este aspecto. En realidad, las faltas de ortografía no están asociados a un bajo nivel cultural. Los puede cometer de la misma manera el que no terminó la ESO como el graduado en Periodismo (creedme, hay periodistas que harían llorar a la RAE).

Aun así, no deja de ser cierto que los prejuicios, y más en las redes sociales o en las aplicaciones de citas, donde sacamos nuestros peores valores prejuiciosos, nos hacen creer que una persona que escribe regular va a ser inculta, menos interesante o culturalmente inferior, lo que indudablemente echa para atrás. Quizás nos hayamos perdido a personas realmente únicas por no haberles dado siquiera la oportunidad de que entraran en nuestras vidas por una cuestión ortográfica. Quizás te hayan perdido a ti por eso mismo.

Pero ya sabes de sobra que la vida es así de dura e injusta. Así que, por favor, aprende de una vez la diferencia entre 'vaya' y 'valla'.

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