¿Cuánto dura la etapa del enamoramiento?

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Intentamos resolver la gran pregunta: ¿cuánto dura la etapa del enamoramiento, y qué sucede después?

La fase de enamoramiento es un fenómeno químico y biológico con fecha de caducidad, y aunque es inolvidable, no lo es todo en una pareja. De hecho, es solo una fase de la relación. A partir de ahí, el amor se convierte en una elección.

Por Álex García  |  18 Agosto 2021

En prácticamente todas las relaciones de pareja, existe un punto de inflexión que determinará en gran medida si esa relación puede prosperar o no: el desenamoramiento. Aunque para algunos pueda sonar muy chocante, el enamoramiento tiene fecha de caducidad, y no por ello se debe poner fin a la relación. La mayoría de expertos coincide en afirmar que esa primera fase de enamoramiento, como fenómeno químico y biológico, suele durar en torno a diez meses, aunque también se puede prolongar hasta los dos años. Depende de personas y circunstancias.

¿Qué son exactamente esas mariposas en el estómago?

Las llamadas "mariposas en el estómago" o "magia del principio" tienen una explicación científica, aunque bien es cierto que cuando estamos enamorados no concebimos ciencia alguna capaz de explicar esos sentimientos. En cualquier caso, parece ser que el proceso por el que aparecen esas mariposas se debe a una sustancia llamada feniletilamina, la cual aumenta nuestra energía y la producción de dopamina, conocida como hormona de la felicidad o del amor.

La dopamina está estrechamente relacionada con el placer, la satisfacción y el estado de euforia que experimentamos durante los primeros meses de relación. En otras palabras, esta sustancia, junto a otras como la serotonina o la norepinefrina, son las responsables de que nos sintamos en un cuento de hadas constante. El embelesamiento es tal, que nos es casi imposible percibir defectos en la otra persona y ya nos imaginamos a su lado el resto de la vida. La vida no puede ser más color de rosa, hasta que, ¡oh, sorpresa!, descubrimos que esa persona es humana.

El enamoramiento es tan solo una etapa

Cuando se termina la etapa del enamoramiento, las mariposas vuelven a su crisálida y la rutina colorea la vida con unos tonos de rosa algo menos luminosos. El enamoramiento nos hace no solo idealizar a la otra persona, sino idealizar absolutamente todo lo demás: las citas, los pequeños gestos, las perspectivas de futuro... Con ese 'despertar', volvemos a la realidad y descubrimos que esa persona no es perfecta y que 'emosido engañado'. Y por si eso fuera poco, nos damos cuenta de que encima tiene defectos. Esa sí que no la habíamos visto venir.

En muchas ocasiones, el final del enamoramiento trae consigo una crisis que no muchos son capaces de gestionar. ¿Cuántas parejas conocemos que parecían hechas el uno para el otro, pero que en cuestión de uno o dos años, y sin motivos del todo aparentes, rompen? Seguro que varias. Por supuesto que cada caso es un mundo, pero no saber lidiar con la muerte anunciada del príncipe o de la princesa azul suele ser uno de los motivos más habituales de ruptura en las primeras etapas de la relación.

Por un lado, están los que solo son capaces de ver catástrofe con el fin del enamoramiento, pero también están los que siguen idealizando, pero ahora de forma consciente y sin aceptar que la relación cambia (o mejor, evoluciona), por lo que las mariposas en el estómago pueden empezar a convertirse en una gastroenteritis severa. Con esto no queremos decir que no haya que poner voluntad para mantener viva la chispa, sino que no debemos hacer caso omiso a una realidad que se está manifestando. Como siempre, la solución mágica pasará por el diálogo, el entendimiento, la empatía y la voluntad.

Cuando el amor se convierte en una elección

Aceptar que tu pareja es un ser humano imperfecto, con defectos, y aspectos de su personalidad que no te gustan forma parte de construir el amor, que no el enamoramiento. Enamorarse es muy fácil, y absolutamente involuntario, y si hemos llegado hasta aquí seguro que ya lo hemos podido comprobar. El amor es otra cosa. El amor es una puesta en común de objetivos, es mirar juntos en la misma dirección. En otras palabras, el amor es una elección.

Cuando nos damos cuenta que nuestra pareja no es perfecta, viene una etapa distinta, menos idealizada, pero más real. Sí, ahora sabes que tiene malos días, que deja la ropa tirada por el suelo, que duerme demasiado para tu gusto o que simplemente un día puede no estar de buen humor. Amor, dicen por ahí, es empezar a amar las imperfecciones del otro, lo cual, por supuesto, no quiere decir que haya que aguantar absolutamente todo.

Durante la etapa del enamoramiento todo va más que fluido, casi de manera inconsciente. El deseo, las ganas y la ilusión parecen desbordarnos casi a diario. Cuando se pasa a la siguiente etapa, aquella en la que hay que alimentar el amor, no es que todo esto desaparezca, sino que se vuelven actos voluntarios. El amor, como cualquier otra cosa, se desgasta con el uso, pero nada dura más que aquello que se cuida.

La fase del enamoramiento termina, pero empieza una nueva

Tanto para estar en una relación de pareja como para considerarnos personas maduras con capacidades para enfrentarnos a la vida, hay que aceptar que las relaciones cambian, y que no por ello nos tenemos que bajar del barco. Crisis no necesariamente significa separación. De hecho, cualquier crisis, y más la del desenamoramiento, si se supera, debe servir de impulso para pasar a una etapa todavía mejor.

Claro está que muchas veces el amor no siempre es suficiente, y que hay muchísimos más factores en juego, pero que si no sale bien, que no sea por no haberle echado ganas. Ahora que no todo 'sale solo', y que sabemos que amar es una elección, 'enamorar' se convierte en una tarea diaria, como diaria es también la decisión de seguir eligiendo a esa persona como tu compañera, por encima de todo y de todos. El amor no desaparece; simplemente cambia y se adapta a las nuevas circunstancias. ¿Por qué no lo hacemos nosotros también?

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