10 álbumes históricos que cumplen medio siglo en 2019 (II)

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10 obras maestras de la música que cumplen medio siglo en 2019 (II)

Continuamos con la segunda parte de nuestro particular Top 10 de obras maestras nacidas en 1969. Si en la primera parte de esta entrega hablamos de grupos como The Beatles, Led Zeppelin o King Crimson, en esta ocasión no nos vamos a quedar atrás.

Por Juan Ángel Asensio  |  13 Septiembre 2019

Si la primera parte de este artículo ya nos resultó difícil de escribir, esta segunda roza ya la imposible. Y es que la cantidad de buenos álbumes que vieron la luz durante el año 1969 es increíble. Sabemos de sobra que algo tan limitado como un Top 10 no es suficiente cuando hablamos, posiblemente, del mejor año de la historia de la música. Sin embargo, si tuviéramos que incluir en una sola lista a todos los discos sobresalientes de aquel año no acabaríamos nunca: elegir siempre es, también, rechazar todo aquello que no eliges.

En esta continuación de '10 álbumes históricos que cumplen medio siglo en 2019 (I)', os traemos lo mejor de la música tradicional americana, dosis enormes de costumbrismo inglés, y ruido, furia y vanguardia, pero, sobre todo, os traemos canciones. Canciones de esas que marcan una época, que sobreviven en el lado oscuro de la memoria de los oyentes. Melodías gloriosas, inalcanzables para la mayoría. Cimas musicales reservadas para unos pocos tocados por el don.

6 The Band - 'The Band'

The Band venía de haber grabado su exitoso 'Music From The Big Pink', su álbum debut que les granjeó una fama de salvadores de la música tradicional americana. Venían también de grabar y tocar en directo con Bob Dylan, sirviendo de fieles escuderos para una de las mentes más brillantes de la música contemporánea.

Sin embargo, el salto de calidad, el momento en el que The Band plasmaría su personalidad única, es en este segundo álbum llamado, simplemente, 'The Band'. Una obra maestra ácrona en la que conviven el folk, el country, el bluegrass y el rock de una forma totalmente orgánica.

El paso del tiempo le ha sentado francamente bien a este disco. La música de raíz nunca suena anticuada, ya que nunca muere, tan solo se renueva y se transforma, quizá pueda mantenerse oculta durante un tiempo para terminar surgiendo de nuevo, revelando una parte inseparable, olvidada, del ser humano. Y eso es lo que hace este álbum: tiene un sonido tan atemporal que parece haber vivido desde siempre en nuestro código genético.

7 The Stooges - 'The Stooges'

Si queremos entender el panorama musical de finales de los 60 tenemos que escuchar este álbum, el primero de una banda icónica e influyente como pocas otras. Se trata de un monumento construido a favor del rock tosco, rápido y agresivo, algo que, hoy en día, puede sonar casi como un tópico, pero que en su época apenas tenía ejemplos vivientes.

Podemos decir, sin pelos en la lengua, que The Stooges crearon una nueva forma de hacer y, también, de entender el rock. Las guitarras abrasadoras, sonando distorsionadas como un misil sónico, y las letras nihilistas de un jovencísimo Iggy Pop son la mejor carta de presentación de esta banda.

No es de extrañar que The Stooges sean los precursores del punk. Son la encarnación misma de la furia adolescente que tanto ha caracterizado al rock. Son salvajes, arrogantes, desafiantes y no sienten miedo. Son un maldito puñetazo en la cara. Y, para colmo, hicieron un disco de los que cambian el rumbo de la música.

8 The Kinks - 'Arthur or the Decline and Fall of the British Empire'

Cuando pensamos en el rock inglés de los 60, enseguida nos vienen a la cabeza The Beatles o los Rolling Stones. Pero ¿qué pasa con The Kinks? Jamás lograré entender cómo Ray Davies y todo su séquito no obtuvieron en su momento el reconocimiento que merecían. En sus discos podemos encontrar auténticas joyas del pop y el rock, elegantes, artesanas, y, por encima de todo, brillantes.

Pero si nos tenemos que quedar con un álbum de la banda, elegimos, sin dudarlo, el 'Arthur or the Fall of the British Empire'. Un disco conceptual en el que se encuentran algunas de las letras más memorables de ese gran letrista que es Ray Davies. Puro costumbrismo, en el que se nos muestra una radiografía casi perfecta de la Inglaterra de su época. Porque ante todo, The Kinks son ingleses, muy ingleses, siendo eso, quizá, lo que les vetó de un reconocimiento mayor, al no poder entrar en el mercado americano.

Ante todo, 'Arthur or the Fall of the British Empire' es un disco crítico y terriblemente ácido. En él descansan melodías y armonías inmortales que, más tarde, influirían directamente a una nueva hornada de músicos británicos, como Damon Albarn o Jarvis Cocker.

9 The Rolling Stones - 'Let It Bleed'

Hablar de los Stones durante estos años es hablar de un grupo consistente, en plena racha, donde les salía bien absolutamente todo. 'Let It Bleed' forma parte de esa camada de discos sobresalientes (y consecutivos) firmados por Jagger y Richards, y que comprende obras maestras del nivel de 'Beggars Banquet' el anterior a 'Let It Bleed', 'Sticky Fingers' y 'Exile On Main Street'.

Un disco que abre con 'Gimme Shelter' y cierra con 'You Can't Always Get What You Want' no puede ser malo. Pero si a eso le sumamos algunas de la canciones más redondas y rotundas que jamás firmarían los ingleses, 'Let It Bleed' se convierte en una innegable obra maestra, aun cuando palidece a los dos álbumes que le siguieron inmediatamente.

'Let It Bleed' cuenta además con un factor emocional, ya que fue el último trabajo de la banda en el que pudo colaborar su líder original, Brian Jones, fallecido en ese mismo año.

Una obra apoteósica con unos Stones en plena forma. Por su 50 aniversario, los Rolling Stones han anunciado una reedición de este clásico.

10 Townes Van Zandt - 'Townes Van Zandt'

A muchos les sorprenderá esta elección. Fuera se han quedado discos de gente como David Bowie, The Who, The Velvet Underground o Creedence Clearwater Revival. Sin embargo, aún tratándose de artistas tan paradigmáticos, hay que reconocer que los discos que publicaron en 1969 distan de estar cerca de sus verdaderas obras maestras. Además, la belleza de este 'Townes Van Zandt' es tan cegadora que sería un crimen dejarlo fuera de esta lista.

Townes Van Zandt jamás gozó de popularidad en vida. Fue un tesoro oculto hasta mucho tiempo después de su fallecimiento, cuando su obra comenzó a conocerse y la figura del genio tejano empezó a consolidarse. Pero, a pesar de todo, podemos afirmar que estamos hablando de uno de los mejores cantautores del siglo pasado.

Este disco que hoy nos ocupa es una pieza frágil y delicada de música folk, tan frágil que pareciera que en cualquier momento se puede romper. Así es, también, la voz de Townes Van Zandt, susurrante y afilada, capaz de hacerse hueco como un cuchillo en cada una de nuestras fibras.

Sus canciones, sustentadas en un hábil 'fingerpicking' y una sensibilidad fuera de toda norma, están imbuidas de una tristeza estremecedora que no deja de ser el reflejo de una biografía bastante complicada donde la drogadicción, la pérdida y los fantasmas internos son los absolutos protagonistas.

Aunque ningún álbum del tejano roza siquiera la mediocridad, es en este disco homónimo donde Townes Van Zandt despliega todo su talento, ese que ha pasado desapercibido, pero que nos ha dejado algunas de las composiciones más bellas jamás creadas por un ser humano.

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