Wordle, el nuevo juego viral que surge de una historia de amor

Wordle

Wordle, el juego de moda que surgió de una historia de amor

El juego de palabras Wordle se ha convertido en un pasatiempo sencillo y viral, y la comunidad generada a su alrededor parece no tener límites.

Por Jon Irisarri  |  07 Enero 2022

En una sociedad donde los videojuegos son cada vez más espectaculares, con mejores gráficos y grandes dispositivos, el encanto de los juegos de mesa o de los juegos de palabras sobrevive. Y no solo eso, sino que muchos superan cualquier expectativa y hacen de su accesibilidad un atributo que juega en su favor. No por tener las mejores condiciones tecnológicas se puede conseguir el mayor de los éxitos, y si no que se lo digan a Josh Wardle.

Este ingeniero de software de Brooklyn ha creado el primer juego viral de 2022, Wardle. De las características del juego y el porqué de su éxito hablaremos luego, antes centrémonos en la historia humana que lo envuelve.

Palak Shah, la pareja de Josh Wardle, es una amante de los crucigramas y los juegos de palabras. Tras compartir afición con Josh durante el confinamiento, Wardle decidió crear un juego para ella. Le puso de nombre Wordle, jugando con la palabra Word y con su propio apellido, y estuvieron los dos jugando durante meses. Sin embargo, llegó un punto en el que lo presentó a otros seres queridos, y dado el éxito que tuvo, se lanzó a crear el juego de forma digital para poder ponerlo a disposición de todo el mundo de manera gratuita, sin publicidad, pop-ups ni cookies.

El juego consiste en adivinar una palabra de 5 letras en inglés, y para ello se ha hecho una selección de las 2.500 más accesibles o fáciles. Una vez que escribes el primer intento, el juego pone en verde las letras que son correctas y que están en el lugar que les corresponde, en naranja las letras que son correctas pero no están en el lugar correcto y en gris las letras que no aparecen en la palabra. De esta forma, el jugador tendrá que ir descartando opciones y tendrá un total de 6 intentos para acertar la palabra. Si antes de esa sexta consigue dar en el clavo, gana.

El juego no tiene más misterio que el de ir probando palabras para ver qué letras se aciertan, hasta dar con la respuesta correcta.
El juego no tiene más misterio que el de ir probando palabras para ver qué letras se aciertan, hasta dar con la respuesta correcta. Wordle

Pese a su sencillez, Wordle se ha viralizado de una forma exponencial. Si a finales de octubre Josh Wardle lanzaba el juego y el 1 de noviembre jugaron 90 personas, en enero están jugando millones de personas de manera diaria. El éxito de Wordle es innegable, y es que se ha colocado como uno de los pasatiempos por excelencia, dada la sencillez y el gancho que tanto atraen al público. De hecho, su gran viralidad ha provocado que 'The New York Times' haya comprado el juego por una cifra ligeramente superior a los 7 dígitos. De esta forma el medio lo añade a su departamento de juegos, sección a la que le da bastante importancia. Sin embargo, esta compra se entiende sobre todo por la idea de aprovechar un tren viral que por ahora parece que no tiene límites, y quién sabe lo que podrá llegar a costar en el futuro.

El éxito de Wordle ha llegado a España, e incluso se ha creado una versión española del juego. Sin embargo, hay quien no ha dudado en compararlo (y con razón) a Lingo, un concurso de Televisión Española presentado por Ramoncín entre los años 1991 y 1996 que consistía en adivinar una palabra de 5 letras en un máximo de 5 intentos y con las mismas condiciones que en el Wordle. La única diferencia era que los concursantes conocían la letra inicial, y que los colores que daban pistas sobre la ubicación correcta de las letras eran diferentes. Por lo demás, ambos juegos son idénticos. O Josh Wardle conocía el programa Lingo (que lo dudamos) o la coincidencia es enorme.

Wordle genera una comunidad enorme

En cuanto a la viralidad del juego, se puede afirmar que se ha generado una comunidad alrededor de Wordle. Que tantas personas se hayan entregado a jugar a este juego ha hecho que todos aquellos que aciertan la palabra quieran compartir su resultado. De esta forma, en las redes sociales se puede observar una cadena de publicaciones enseñando la evolución de los aciertos en los 6 intentos para ver si finalmente han conseguido acertar la palabra. Por lo tanto, esta cadena se ha convertido en una bola de nieve y cada vez son más los que se unen al fenómeno y de paso, dan publicidad al juego.

La sencillez de un juego libre

Wordle y el fenómeno generado a su alrededor tiene como grandes características su sencillez y la libertad de jugar y crear. Por una parte, el juego no tiene ningún gráfico ni ningún trabajo excelso detrás, sino que se trata de una idea simple pero arrolladora. Y es que en esa sencillez está la victoria. Además, Wordle restringe la posibilidad de jugar a una palabra por día y jugador. Por lo tanto, la brevedad de la partida, que no supera los 5 minutos, hace que sea perfecto para hacer un paréntesis en nuestra vida ajetreada, y una forma de desconectar de nuestra rutina. Además, limitar a una palabra por día nos hará mantener el interés por el juego más tiempo, y no saciarnos rápidamente hasta olvidarnos de ello, como sucede con todo lo viral últimamente. Wordle es un juego pensado para acompañarte en tu rutina diaria durante mucho tiempo.

Por otro lado, el diseño de la página web no es extravagante, y apuesta por un modelo sencillo y sobrio, y por supuesto no trata de vender productos. Por si esto fuera poco, en la publicación de los resultados en las redes sociales no aparecen las palabras, solamente los colores, y permite publicarlo sin ceder ningún dato ni tener que loguearse en ningún sitio. No existe ninguna restricción para jugar, y el hecho de limitar a una partida diaria, permite que nadie apueste por la competitividad de demostrar cuánto ha acertado por el hecho de pasar muchas horas jugando. En estos tiempos de guerra, que el juego se haya hecho viral a través de una muestra de lo conseguido sin la toxicidad de la competición es un hecho insólito y positivo.

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