Vinicius, los bailes, "hacer el mono" y el racismo el España: qué lecciones nos deja este fin de semana

De bailes, "hacer el mono" y el racismo en España: qué lecciones nos deja el debate en torno a Vinicius

La semana de derbi ha terminado con un conflicto prácticamente diplomático con Brasil y un debate por todo, menos por el fútbol. Culpables de esta situación hay muchos, pero la prensa debería replantearse su actuación una vez más. No lo hará.

Por Guille Galindo  |  19 Septiembre 2022

Desde que el jueves Koke hablara con los compañeros de Movistar hasta que escribo estas líneas han pasado apenas cinco días, poco más de 100 horas. Y sin embargo, a todos los que estamos un poco pendientes del mundo del fútbol se nos han hecho una eternidad. No es para menos, pues estas poco más de 100 horas han reflejado todos los males de los futbolistas, de la prensa y de la sociedad multiplicados por 100. Y ahora, con la resaca de poco más de 100 horas extenuantes y prácticamente vomitivas, lo que estamos es 100% cansados y deseosos que se hable de Aspas y Luis Enrique. O de Letizia con cara de pocos amigos sentada al lado de Juan Carlos I. O, en realidad, que se hable de lo que sea, menos de Vinicius y los bailes.

Pero permitidme, antes de dar carpetazo al asunto, tratar de analizar el tema por última vez con la perspectiva de la trama ya cerrada hasta nueva orden, para intentar entender en voz alta qué lecciones podemos aprender de todo el ruido generado en torno a los bailes, el racismo, la prensa deportiva española y el propio Vinicius. Como son cuatro aristas sin las cuales no se podría haber cerrado este cuadrado de los horrores, vamos a desmenuzarlas una a una para comprender mejor el pack completo. Y sobre todo, para que esto marque un antes y un después y nos sirva de cara al futuro.

El origen de la polémica: los bailes

Desde que empezó la temporada 22/23, las altas cifras goleadoras de Vinicius (quién lo diría hace dos años) han ido acompañadas de una serie de bailes que generaron un debate ya visto años atrás: provocación o divertimento. A este se le añadió uno extra sobre la figura de Vinicius, y si tenía el carisma de otros brasileños bailarines como Neymar o Ronaldinho, o si por el contrario un poco de cringe.

El debate creciente en torno al '20' del Real Madrid se avivó tras un vídeo de 'El día después' en el que se mostró su peor cara ante el Mallorca, con actos chulescos recriminados por algunos compañeros de equipo y su entrenador. Por mucho que te provoquen, ser jugador del Madrid requiere otro comportamiento. El vídeo, por cierto, desapareció misteriosamente de las cuentas de Twitter y YouTube de Movistar unos días después, cuando la polémica había dado un giro radical. Curioso.

El papel de la prensa: de la búsqueda incesante de polémica a El Chiringuito

Aprovechemos la decisión de Movistar de borrar un vídeo informativo sin explicar los motivos para virar el artículo a la prensa deportiva de este país. La propia Movistar, en un intento por encender una mecha que terminó provocando el incendio, decidió preguntar a Koke por cómo creía que iba a reaccionar la afición del Metropolitano ante un posible baile de Vinicius: "Habría lío seguro, como es normal", contestó el capitán riéndose.

A priori, no dice nada extraño. Que un futbolista baile en el estadio del eterno rival de la ciudad encenderá a la grada, y dejará para la historia una imagen estupenda para los fotógrafos con el jugador en plena celebración y un sinfín de peinetas y gestos torcidos de fondo. Esto ha pasado toda la vida, es fútbol. A pesar de ello, toda la prensa deportiva aprovechó esta frase (y no la que decía que cada uno celebrara como quisiera, que eso no da clicks) para calentar el derbi.

No por común deja de ser preocupante la búsqueda imperiosa por parte de la prensa deportiva de obtener mayor número de visitas, lectores u oyentes a base de avivar polémicas y enfrentamientos y enturbiar las aguas. Juanma Castaño, director del programa de radio deportivo más escuchado de las noches, ha afirmado orgullosamente en numerosas ocasiones que la mejor época para el tipo de periodismo que practica y en el que cree fueron los Real Madrid-Barça del dedo en el ojo, las ruedas de prensa Mou vs. Pep y el ambiente irrespirable. Porque, parafraseando a Mariano Rajoy, para la prensa, cuanto peor, mejor el suyo beneficio político.

En el caso de los derbis madrileños, si en los dos últimos ha habido tensión y crispación ha sido exclusivamente fruto de la acción de la prensa. Esta temporada, al sacar de contexto las palabras de Koke y basar toda la previa en los bailes de Vinicius y en cómo reaccionaría la afición. Pero es que el curso pasado se sacaron de la manga un debate ridículo en torno a si se produciría el pasillo de campeón del Atlético al Madrid, cebando el tema dos semanas y creando un problema al que seguramente nadie había dado importancia capital hasta entonces, al igual que con los bailes.

Por no hablar de cómo, la mayoría, cambia su criterio en función de si el bailarín es Vinicius o es Neymar, tanto en uno como en otro bando. Porque el periodismo deportivo actual, ese que le gusta a Juanma Castaño y que El Chiringuito ha llevado a otro nivel, es simplemente eso, dos bandos: o Real Madrid o Barça, y el resto meras comparsas.

Hacer el mono, la expresión que ha convertido el baile en una cuestión de racismo

Hablando de El Chiringuito, en esta ocasión su intento de polemizar sobre cualquier inmundicia para generar controversia le salió un poco regular, hasta el punto de comprometer a toda la sociedad española. Y lo peor es que el rapapolvo ha llegado de la manera más tonta posible, mediante un malentendido.

Pedro Bravo, presidente de la Junta Directiva de la Asociación Española de Agentes de Futbolistas (AEAF), exigió a Vinicius en el programa de Josep Pedrerol que dejase de "hacer el mono" con sus bailes. La expresión, puramente española, no se debe entender de forma literal, sino como un acto de hacer tonterías. Ese es su significado real. Pero claro, esto no se sabía en Brasil, donde se entendió como un ataque racista al delantero. Y se armó la mundial.

El país se volcó en apoyo a Vinicius, y la prensa deportiva española, en una decisión tan inexplicable como con la eliminación del vídeo de Movistar, no buscó aclarar el significado de la frase para acallar la polémica, sino que se limitó a alentarla y a convertir lo de Vinicius en la lucha de un hombre contra el racismo. Incluso El Chiringuito, que lo había liado todo, se sumó al hashtag #BailaViniJr lavándose las manos. Todo bastante dantesco.

El Chiringuito, participando en el hashtag #BailaViniJr
El Chiringuito, participando en el hashtag #BailaViniJr Twitter

El racismo en España existe, por mucho que lo infravaloremos

Dani Alves aprovechó todo el jaleo para acusar a Europa de ser un continente muy racista. Nosotros vamos a centrarnos en España, que suficiente tenemos ya con ella. Y sí, España sí lo es, aunque no se hable apenas de ello.

España es un país racista escondido bajo el argumento de la normalidad. Muchas expresiones, formas de actuar y pensamientos, y ya no solo por parte de la extrema derecha, son racistas en España, pero se encuentran normalizados, en parte porque hay una homogeneidad racial caucásica bastante grande en comparación con otros países de Europa o con Estados Unidos.

España es un país puntero en muchas cuestiones, pero a nivel social cambió tan profundamente en apenas 20-30 años que se piensa que ya hizo todo lo que tenía que hacer, y que problemas como el machismo, la homofobia o el racismo están superados. Y en cuanto se rasca un poco se ve que no, ni mucho menos. Este fin de semana se ha vuelto a comprobar en los aledaños del Metropolitano, donde mención aparte merece ese sector dentro del Frente Atlético que aprovecha la más mínima oportunidad para demostrar siempre lo alejados que están de una sociedad moderna y lo alejados que deberían estar de un campo de fútbol.

Su connivencia es una seña clara de que el problema persiste, pero no hay que centrarse solo en el mundo ultra para darse cuenta. Pichi Alonso, exfutbolista y analista deportivo en Movistar, analizó de esta guisa en RAC 1 la polémica en torno a los cánticos contra Vinicius: "Es lamentable, pero ahora los extremos se tocan, ha pasado con también con el feminismo. Hoy en día dices 'este negro' y ya eres racista, pero dices 'este blanco' y no eres racista". Pues eso, que solo hay que rascar un poco.

Y Vinicius, ¿qué?

Mal haríamos, dicho esto, en victimizar a Vinicius o tratarlo como un santo que solo busca divertirse él y al resto. Vale que habría que vernos a todos con 22 años siendo la estrella del Real Madrid y habiendo marcado un gol en una final de Champions, pero lo cierto es que su actitud dentro del césped en todo lo que no tiene que ver con el fútbol está últimamente dejando mucho que desear. Y solo hay que ver los toques de atención de Kroos, Modric, Alaba o Ancelotti para darse cuenta de que a sus compañeros este 'nuevo' Vinicius tampoco les apasiona.

La sobreactuación del delantero en cada acción que realiza no le deja en buen lugar. El debate del baile lo ha terminado ganando por el apoyo de su país y la vinculación con el racismo, pero en los últimos partidos, especialmente en el derbi, se ha evidenciado que todavía no está preparado para ser frío ante las críticas, y que estas no le perjudiquen en su juego y de cara al devenir de su equipo. De seguir con este camino de polémica semanal, se terminará hablando de él por todo menos por su fútbol. Y sería una pena.

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