El techno se pone de moda una vez más, esta vez entre los centennials

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La ausencia de discotecas provoca un nuevo auge de la música techno

El techno ha encontrado en el cierre de discotecas tradicionales la oportunidad para llegar a la Gen Z, más centrada hasta ahora en el reggaeton y el trap. Y parece que lo está consiguiendo.

Por Juan Pérez  |  27 Abril 2021

Las discotecas llevan más de un año cerradas, y con ellas nuestras esperanzas de bailar cualquiera de los últimos tres discos que Bad Bunny ha sacado desde entonces. Nuestra estrecha relación con el reggaeton está ligada de manera inseparable a las discotecas, más que nada porque es lo único que suena en la mayoría de ellas. O te vas a una discoteca concreta, o tienes a Karol G cantándote en la oreja.

No nos quejamos, ni mucho menos. De hecho, si las discotecas ponían esa música es porque la gran parte de la población de 16 a 35 años solo escucha este género. Y como mucho, en caso de alejarte de lo mainstream o de querer ir más de 'calle', te empapabas en tu casa del trap de Duki. El resto de tiempo, escuchabas lo mismo que todos, para no quedarte con cara de muermo de 1 a 6 de la mañana en el local.

Pero claro, ahora a esta bicefalia le hemos cortado una cabeza, y el consumidor pasivo de reggaeton, ese que piensa que 'Dákiti' sigue de moda, se ha desenganchado al no tener el compromiso de estar al día para no quedarse fuera de juego en las fiestas. Con esta cifra de abandonos podía contar el reggaeton. Sin embargo, más preocupante para el género es que otros oyentes mucho más fieles están cansándose de escuchar una música para perrear sin poder hacerlo, e interesándose por otros estilos que les lleven a sentir algo diferente. Y es aquí donde entra el techno, ese histórico género que nunca muere.

Las nuevas generaciones escuchan techno (spoiler: sale BIEN)

En la antigua normalidad, un remix de reggaeton como cualquier otro habría interesado más que un sample de 'Campanera', el pasodoble de Joselito, recuperado por C. Tangana en 'Demasiadas mujeres'. Pero la nueva normalidad nos ha permitido degustar más la música y no consumirla para aprenderla el jueves, bailarla el viernes, tararearla el sábado y olvidarla el domingo.

Algo parecido sucede con el techno, que parece estar alejando a muchos centennials de la música más mainstream. Al estar tanto tiempo encerrados en sus casas, los hábitos han cambiado no solo para ver más a Ibai, sino en muchos más aspectos de su vida, incluida la música. Y el techno, tan seguido a finales del siglo pasado, se ha convertido ahora en un género tan contrarrevolucionario que ya es revolucionario. Un bucle de sonidos y experiencias que se alejan de lo cotidiano para buscar otras perspectivas. Nuevas influencias a la hora de escuchar la música que siempre estábamos acostumbrados a reproducir.

Todo esto es un atractivo inigualable para una generación falta de algo diferente en un año monótono. Seguramente este idilio romántico con el techno, más propio de un amor de verano, se diluya cuando regrese la antigua normalidad y volvamos a tener presentes el single de Rauw Alejandro. O puede que no se olvide, y que esto sea solo la semilla de un cambio de tendencia, la vuelta a lo retro también en la música.

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