Relaciones abiertas: 5 consejos si quieres empezar una

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5 reglas básicas para que funcione una relación abierta

Las relaciones abiertas siguen buscando su hueco en una sociedad cada vez más abierta. Si precisamente lo que quieres es abrir la relación, te damos 5 consejos y reglas básicas para que funcione.

Por Juan Pérez  |  30 Marzo 2021

Los tiempos han cambiado. La sociedad se ha empezado a dar cuenta de que cada relación es un mundo, y que en todas no funciona igual de bien el concepto de relación tradicional. El único final del cuento ya no es el de la princesa y el príncipe comiendo perdices sin fijarse en absolutamente nada más que en lo que tienen enfrente. Ahora, hay cuentos igual de felices en los que abren las puertas del castillo para conocer a más personas del reino, sin estar por ello menos enamoradas del príncipe y la princesa.

Hablamos, claro está, de las relaciones abiertas, una forma de relación ya conocida por todos, lo que no quita que siga existiendo un profundo desconocimiento en torno a ella. El resumen en una línea de las relaciones abiertas consiste en que cada miembro de la pareja puede tener relaciones con terceras personas, en función del nivel de consentimiento previo acordado con tu novio o novia. Es, digamos, una especie de contrato verbal en el que se fijan los límites de la relación, sin dar por hecho de que todas deben ser clásicas.

Pero comenzar una relación abierta no es sencillo. Se necesita una serie de conversaciones para situar esta nueva fase en un punto intermedio, y seguramente con el paso del tiempo sea necesario ir reajustando el contrato verbal para no haceros daño, que es algo que siempre hay que tratar de evitar. Si estás pensando en abrir la relación por primera vez, aquí tienes 5 consejos y reglas básicas para hacerlo.

1 Sin confianza no se va a ninguna parte

El grado de confianza y de seguridad de la pareja a la hora de iniciar una relación abierta debe ser muy alto para que termine funcionando. De lo contrario, la falta de comunicación (que no tiene nada que ver con avisar cuando te has liado con alguien) y los celos pueden apoderarse de vosotros, y la cosa terminará mal. A menos que no tengáis plena confianza con vuestra pareja, no es recomendable abrir la relación si queréis que sobreviva.

2 No hacerlo en momentos de crisis

Siguiendo con el punto 1, el momento idóneo para abrir una relación es que esta sea sana y con confianza. Y aun así, puede que falle y tengáis que regresar a lo de antes. Pero, desde luego, lo que no va a acabar bien es abrir la relación de repente como último recurso cuando estáis en crisis. El porcentaje de parejas que se hayan afianzado con esta medida a la desesperada es mínimo, y solo va a prolongar un poco más la agonía. Si de verdad queréis arreglarlo, buscad otras alternativas.

3 Establecer bien los límites del contrato

Más importante que dar el paso a abrir la relación es ponerse de acuerdo para marcar los límites de esta nueva fase. Al final cualquier relación de pareja, ya sea abierta o tradicional, es un contrato entre dos personas que se quieren. En la relación monógama clásica, el acuerdo ya viene cerrado de antemano. En una relación abierta tú pones las cláusulas. Cláusulas que se deberían poder reestudiar con el paso del tiempo, sobre todo si uno de los dos miembros no se encuentra cómodo. Con eso nos referíamos antes a una comunicación activa, y no a contar cómo fue tu noche (que se puede decidir hablar o no en el 'contrato'). Elijáis las cláusulas que elijáis, cumplidlas, porque si no la cosa se torcerá.

4 Sentir celos no es malo

Que nos entren celos es una reacción natural de nuestro cuerpo y mente por el miedo a lo desconocido, a perder el control de nuestra relación, al abandono o a la inseguridad. Es totalmente comprensible.

La clave en una relación abierta es saber controlar los celos y aprender de ellos, aprovecharse de esta reacción tan primaria para que la relación avance. Es necesario conocer las causas que los motivan y reflexionar sobre cómo está nuestra relación y cómo queremos enfocarla, con el fin de eliminarlos por plena confianza en tu pareja y en el plan establecido. Los celos, siempre y cuando no nos terminen nublando, pueden ser hasta buenos en una pequeña escala para conocernos y madurar como pareja.

5 No enamorarte de la otra persona

La regla básica en una relación abierta: no lleves lo físico a lo sentimental con otras personas. En algunos casos, es más fácil decirlo que hacerlo, pero es que tu relación está en juego. Dependerá de ti, en caso de encontrarte en esa dicotomía, qué pesa más. Pero si tu relación es sana y fuerte, no deberías tener (tantos) problemas para superar esa situación.

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