Mitos y leyendas de España (I): la Santa Compaña

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España, un país de mitos y leyendas (I): la Santa Compaña

España es un país donde los mitos y las leyendas aún perduran con intensidad. Hoy es el turno de la Santa Compaña. ¿Qué es este mito y cuál es su historia?

Por Juan Ángel Asensio  |  06 Marzo 2020

El nuestro es un país proclive a inclinarse ante el misterio y la magia. Siendo así, no es de extrañar que en España aún perduren decenas de mitos y leyendas, que han pasado de forma oral de generación en generación, convirtiéndose en la fuente de historia, relatos y de estudios folklóricos.

Si hay un lugar especialmente afín a la magia y a las leyendas en toda la Península Ibérica, ese es, sin lugar a dudas, Galicia. Es en esta comunidad autónoma donde los relatos ancestrales perviven con mayor fuerza, así como la localización donde más cantidad de ellos se aglutinan. Podríamos elegir cualquier de sus centenas de leyendas, pero de entre todo este extensísimo corpus hemos querido quedarnos con la Santa Compaña para esta primera entrega.

Hoy vamos a rastrear su origen, sus características y cómo esta antigua leyenda aún sigue latiendo con fuerza en nuestros días.

La historia de la Santa Compaña

El mito de la Santa Compaña está presente en todo el noroeste de nuestra Península Ibérica. La podemos encontrar en Asturias (donde recibe el nombre de la güestia), en el norte de Portugal (donde es llamada la Estantigua), y en algunas provincias de Castilla y León, como Zamora, Salamanca, o la propia León. Aun así, en ningún lugar pervive la idea de la Santa Compaña como en Galicia. Y es que, si uno deambula por los fértiles bosques gallegos en la plena oscuridad de la noche, puede llegar a dudar de si su existencia es real o no.

Para resumir brevemente qué es la Santa Compaña, podemos decir que se trata de una procesión de ánimas, encabezada por un vivo (encargado de portar una gran cruz y un caldero de agua bendita) cuya misión es encontrar un nuevo portador para librarse de la pesadilla. Dicen que su presencia se puede notar en la media noche, especialmente en San Juan y en el día de Todos los Santos, y que desprende un olor a cera quemada. La única forma de librarte de la Santa Compaña es trazar un círculo en la tierra alrededor tuya, o cerrar los ojos hasta que haya pasado.

Como vemos, esta leyenda está repleta de simbología cristina. Sin embargo, su origen no tiene ninguna relación con el cristianismo, si bien luego la leyenda, como gran parte de las nacidas en Europa, terminaría cristianizándose. Pero entonces, ¿cuál es su origen?

Como la mayor parte de los mitos que aún perduran en el noroeste de la Península Ibérica, la Santa Compaña tiene un origen rastreable en la cultura celta. Muchos expertos en el tema señalan una conexión entre la Santa Compaña y el Samhain, fiesta de la que más tarde derivaría Halloween o, en nuestro país, la noche de Todos los Santos. Se dice que durante el Samhain, los espíritus de los muertos volvían a la Tierra, de la misma forma que sucede en la Santa Compaña.

Por otro lado, algunos estudiosos también establecen una estrecha relación entre la Santa Compaña y la Cacería Salvaje, una tradición perteneciente al folclore alemán, donde, de igual forma, un grupo de espectros, generalmente liderados por grandes reyes del pasado o poderosos guerreros. Esta compañía de ánimas regresaba a nuestro mundo con el objetivo de presagiar guerras, plagas o enfermedades futuras. La Cacería Salvaje alemana también comparte con nuestra Santa Compaña las medidas de protección que los vivos tienen que cumplir para no ser llevados por los muertos, como el círculo de tierra que mencionamos anteriormente.

La leyenda de la Cacería Salvaje llegaría hasta Galicia gracias a los peregrinos del Camino de Santiago, una de las mayores rutas europeas para la transmisión cultural. Al llegar aquí, el mito alemán se mezclaría con los cultos celtas, dando lugar así a lo que hoy conocemos como Santa Compaña.

Por supuesto, con el paso de los siglos, la Iglesia católica trataría de cristianizar este relato, como hizo a lo largo de toda Europa con las tradiciones paganas. La Iglesia, sin embargo, no prohibiría la historia, sino que la usaría a su favor, argumentando que los espíritus regresaban de entre los muertos con el objetivo de castigar a aquellos que hubieran pecado. Es por esto por lo que hoy solemos relacionar la Santa Compaña con todo el imaginario cristiano: la cruz, los cirios, el caldero de agua bendita...

Hoy en día, el mito de la Santa Compaña perdura, quizá más vivo que nunca, gracias a su fuerte presencia en nuestra cultura, a través de películas, novelas, cuentos y grupos de música. Como todas las leyendas, se ha visto transformada y adaptada a nuestros tiempos, pero si hay algo que está claro, es que la Santa Compaña seguirá siendo trasmitida de generación en generación.

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