Padres e hijos futbolistas que compartieron equipo

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6 casos de padres e hijos futbolistas que compartieron equipo

Que un entrenador cuente con un hijo suyo en sus filas no es lo más habitual, pero es algo que puede suceder. Sin embargo, ver a padre e hijo jugando en el mismo equipo es un fenómeno mucho más extraño. Uno en plena cuesta abajo de su carrera, y el otro comenzando a luchar por sus sueños. En estos casos, ¿quién ha llegado a ser mejor? ¿padre o hijo?

Por Ramón Fernández  |  19 Junio 2019

Ser futbolista de primer nivel implica unas cuentas bancarias absurdamente llenas de ceros, pero también aprender a lidiar desde muy temprano con temas que los jóvenes 'normales' no suelen. Algunos pierden la cabeza en el intento de sentarla, pero otros lo consiguen, habitualmente centrándose en los estudios, en su familia o en su pareja. O formar una familia junto a su pareja. Al fin y al cabo, la razón del 95% de la población para no tener hijos es la falta de recursos económicos o de tiempo para cuidarles. Pero son dos aspectos en los que los futbolistas no tienen carencia alguna por lo que es habitual verles casándose y con niños razonablemente pronto.

Esta rapidez a la hora de procrear la hemos podido ver estos días en la presentación del nuevo fichaje madridista Rodrygo. El brasileño de 18 años, procedente del Santos, acudió al Santiago Bernabéu acompañado de su padre, ex futbolista de 34 años. Para aquellos que no controlen mucho las matemáticas, Eric Goes tuvo a Rodrygo a la tierna edad de 16 años. Es cierto que no llegó al nivel de su hijo, pues en su mejor momento estuvo en la segunda división brasileña, por lo que pudo haber compartido equipo con él. No fue así, pero tampoco hubiera sido tan raro como creéis.

Rodrygo sostiene la camiseta de su nuevo equipo y a la izquierda su hermano,... digo su padre Eric
Rodrygo sostiene la camiseta de su nuevo equipo y a la izquierda su hermano,... digo su padre Eric GTRES

El internacional inglés Raheem Sterling es posiblemente uno de los casos más exagerados en este aspecto, pues cuando comenzó a ganarse un puesto en el Liverpool a la tierna edad de 17 años, ya tenía dos hijos; y de distintas mujeres. No obstante, nunca afectó a su rendimiento y hoy tiene 24 años pero sus vástagos se quedaron en tres. ¿Compartirá equipo en el futuro con algunos de ellos? Otras estrellas como Neymar, Hazard o Wilshere también fueron padres precoces.

Tener hijos tan jóvenes conlleva que si estos quieren seguir los pasos de su padre y dedicarse al fútbol, es posible que lleguen a cruzarse con su padre, como compañero o como rival. No son casos muy comunes, pero ha sucedido en alguna ocasión:

Eidur Gudjohnsen y su padre, Arnór

Islandia es un país cuya población apenas supera los 300.000 habitantes, por lo que si te dedicas al mundo del fútbol, la probabilidad de que llegues a la selección es bastante más alta que en países de mayor envergadura, o más pasión por el deporte rey. Por eso, en el seno de su selección nacional se pudo ver a Eidur Gudjohnsen (exjugador de Barcelona, Chelsea y Mónaco), haciendo su debut en el combinado entrando al campo en sustitución de su padre Arnór. Este último, llegó a salir también de Islandia, para jugar en clubes como el Anderlecht belga y el Girondins de Burdeos francés. Sin embargo, viendo los números de ambos, es bastante evidente que los éxitos cosechados por Eidur son muy superiores.

Rivaldo y Rivaldinho

La última andadura en los terrenos de juego de Rivaldo fue una historia digna de contar. Con 42 años se incorporó a la plantilla del Mogi Mirim, equipo de la ciudad de Sao Paulo, que por entonces se encontraba en la tercera división del fútbol brasileño, y cuyo presidente era él mismo. Allí compartió experiencia con su hijo Rivaldinho, con quien jugó un partido en el que casualmente ambos consiguieron anotar. Actualmente Rivaldo se encuentra retirado y su hijo, con una carrera bastante más discreta, se encuentra recorriendo equipos de Europa, como el Dinamo de Bucarest (Rumanía), Levski Sofía (Bulgaria), a quien aún pertenece, y Viitorul Constanta (Rumanía), su club actual.

Walter y Nico Pandiani: los rifles

Walter Pandiani no compartió un equipo con su hijo, compartió dos
Walter Pandiani no compartió un equipo con su hijo, compartió dos GTRES

Para jugar en el equipo de tu hijo tienes que tener una carrera muy dilatada. Es el caso de Walter 'el rifle' Pandiani, que se retiró a los 40 años. Con 37 jugó junto a su hijo Nico en el Atlético Baleares, e incluso un año más tarde en el Miramar Misiones de la segunda división uruguaya. De hecho a Pandiani senior le dio tiempo a retirarse un año a entrenar a los jóvenes del Masnou, antes de volver al fútbol una última temporada en el Lausanne suizo. La carrera de su hijo ha transcurrido sin pena ni gloria por las divisiones inferiores españolas y uruguayas, y el Hamrun maltés.

No son los únicos casos

Se pueden encontrar otros casos, como el de Federico Acosta y su hijo Mickael en el Fénix argentino; Carlos y Juan Manuel Morales en Montevideo Wanderers o Fernando Arce y Fernando Arce Jr en Xolos.

Hay que decir que en la mayoría de los casos estamos hablando de cosas simbólicas. Más bien homenajes al final de la carrera de los padres, que real necesidad del equipo contar con ambos futbolistas. Únicamente Pandiani estuvo con su hijo durante varios partidos, pero aun así resulta curioso poder ver semejante situación en un deporte cuyas carreras no suelen ser tan extensas.

Zinedine Zidane es a día de hoy entrenador de su hijo Luca, y acostumbra a recibir críticas por ello
Zinedine Zidane es a día de hoy entrenador de su hijo Luca, y acostumbra a recibir críticas por ello GTRES

Más normal es ver a un padre como entrenador de su hijo, como le sucedió a Johann Cruyff y su hijo Jordi, a Michel y su hijo Adrián, o al actual entrenador del Real Madrid Zinedine Zidane y Luca y Enzo.

En cualquier caso, no es fácil llevar el apellido de una leyenda, como tampoco lo es entrenar a tu propio hijo sin que el resto del vestuario se piense (probablemente de forma infundada) que existen favoritismos hacia él. Es cierto que visto desde fuera es una situación bonita y entrañable, pero para los protagonistas puede convertirse en un auténtico infierno.

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