Esquí: 7 consejos para esquiadores novatos

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7 consejos para que tu primer día de esquí no se convierta en una pesadilla

El frío nos deja nieve, y la nieve nos deja pistas de esquís listas para pasar un buen rato. Si todavía no has probado una de ellas, es hora de darle la oportunidad a uno de los deportes más especiales. Pero antes de ponerte los esquís, sigue estos consejos.

Por Guille Galindo  |  22 Noviembre 2018

Ha llegado el frío, y no piensa marcharse hasta dentro de unos meses. De primeras puede parecer deprimente, pero eso es porque no has pensado en las posibilidades que ofrece. Una de ellas destaca por encima de resto en esta etapa invernal: el esquí.

España tiene pistas de esquí de gran calidad en las que poder disfrutar de un fin de semana de nieve. Si no, nuestra vecina Andorra nos puede echar un cable a la hora de ampliar la variada oferta. Si a pesar de todas las opciones que hay en la Península eres de los que todavía no ha probado esta experiencia y no se atreve a dar el paso, has entrado en el artículo adecuado. Te dejamos una serie de consejos para convertir el esquí en tu hobby invernal.

El esquí puede ser el deporte perfecto para practicar en familia.
El esquí puede ser el deporte perfecto para practicar en familia. 123RF

1 Lleva la ropa adecuada

Si no queremos tener un primer día desastroso, habrá que prepararse como es debido. No vamos de paseo, vamos a practicar un deporte, por lo que el outfit debe adaptarse a las necesidades. Pantalones cómodos, camiseta térmica y abrigo, guantes, braga al cuello... Es posible que con la tensión del principio incluso paséis calor, pero os iréis sintiendo mejor poco a poco.

A pesar de que ya hemos nombrado varias prendas, con llevar todo esto no es suficiente, ni mucho menos. Falta lo más elemental, las gafas y el casco. Al estar en la montaña, a una altitud elevada y rodeados de blanca nieve, los rayos de sol inciden más sobre nosotros y son más dañinos. Unas gafas con protección UVA se antojan fundamentales para evitar cualquier susto, así como un casco para estar seguros ante una mala caída. Y no queremos ser pesados con el sol, pero ¡échate crema protectora si no quieres quemarte! La montaña puede ser incluso peor que la playa en este sentido.

2 Ni blanco ni negro: en las botas sí hay grises

Las botas son tan importantes como los esquís, así que elige con cuidado y sin optar por los extremos. Ni muy holgadas ni ajustadas como si fueras a desfilar en una pasarela. La comodidad es clave a la hora de esquiar, así que apuesta por una talla estándar que sea adaptable y con la que puedas moverte sin causar problemas a tu pie.

Una vez te las pongas para salir a comerte el mundo (o el suelo) en la pista, asegúrate de que los calcetines no bailen y que sean lo suficientemente gordos como para no tener rozaduras. Tampoco te aprietes mucho los ganchos de las botas, no es necesario quedarse sin circulación. De nuevo, apuesta por la comodidad y ve ajustando en función de las necesidades.

No te aprietes demasiado las botas, o de lo contrario empezarás el día con mal pie.
No te aprietes demasiado las botas, o de lo contrario empezarás el día con mal pie. 123RF

3 Mantener la calma, el primer paso para controlar el esquí

Con el esquí sucede lo mismo que con cualquier otra actividad o idioma. Cuanto más tarde se intente aprender, más costará. Es por eso que lo ideal es aprender en la infancia o la adolescencia, con toda la vida por delante para perfeccionar la técnica. Si ya eres adulto y te interesa entre poco y nada instruirte en cosas nuevas, evidentemente el proceso será más lento, pero para nada imposible.

Esquiar es muy mecánico, como lo puede ser montar en bici. Así que sal a la pista seguro de ti mismo, camina un poco con los esquís por la nieve para adaptarte a ellos, estira tus músculos y conciénciate, pero sin presiones. Vas a pasar un buen rato, no a disputarle el campeonato del mundo a Lindsey Vonn.

4 Contrata a un monitor o ve acompañado de alguien que sepa

Lo único que queremos en este artículo es que tu primera vez no sea la última. Para ello, ir con gente que sepa esquiar y esté pendiente o, en su defecto, un monitor personal, es obligatorio si no quieres estar más tiempo con nieve en la boca que en el pie. Además de que es muy difícil aprender en solitario, así que confía y déjate enseñar.

5 Fija la posición adecuada y mantendrás el equilibrio siempre

El primer entrenamiento en las pistas más pequeñas te servirá para empezar a coger la postura ideal con los esquís. Es complicado explicarlo a través de un artículo, pero básicamente consiste en mantener las piernas separadas con los pies en paralelo y las rodillas semiflexionadas. Para coger velocidad utiliza los bastones, para girar, distribuye tu cuerpo a uno u otro lado, como si fueses Marc Márquez. Para frenar o aminorar la velocidad utiliza la técnica de la cuña, que consiste en juntar lentamente (nada de brusquedades) las rodillas manteniendo las piernas estiradas, para que los esquís hagan una especie de 'v' con la que podrás reducir el paso.

Ve impulsándote con los bastones para acelerar. Cuando alcances la velocidad idónea, ponlos en posición horizontal hacia atrás.
Ve impulsándote con los bastones para acelerar. Cuando alcances la velocidad idónea, ponlos en posición horizontal hacia atrás. 123RF

Leído puede parecer muy sencillo, a la hora de practicarlo cuesta un poco más. No te preocupes si no lo consigues al principio, es normal. El secreto está, como todo en esta vida, en la actitud con la que encares el reto. Si vas confiado y tranquilo, adoptarás los conceptos más rápido. Si vas tensionado y visualizando la inminente caída, empezarás a hacer cosas raras, igual que esa persona que no sabe jugar a un videojuego y toca todos los botones a ver si el personaje reacciona. El problema es que en el caso del esquí, la reacción será irte al suelo.

Desplaza tu cuerpo hacia un lado u otro para girar.
Desplaza tu cuerpo hacia un lado u otro para girar. 123RF

6 ¿Quién no se cae alguna vez?

No os vamos a engañar, hay muchas opciones de que la primera mañana y los primeros días cualquier mínimo avance incluirá una caída. ¿Y qué más da? Cuando aprendimos a caminar, ¿acaso no nos caíamos una y otra vez? Hasta que dejamos de hacerlo. Y aquí seguimos, vivitos y coleando.

Con el esquí sucede lo mismo, para avanzar no queda otra que emplear la técnica de ensayo-error, sobre la que iremos asimilando y corrigiendo los fallos. Te molestará caerte al principio, pero valdrá la pena el esfuerzo cuando logres superar esa curva en la que te caíste cuarto de hora antes y una sensación de júbilo recorra tu cuerpo.

7 Tómatelo con calma, es tu primer día

Es hora de un merecido descanso. ¡No te olvides de hacerlo!
Es hora de un merecido descanso. ¡No te olvides de hacerlo! 123RF

Gestionar el horario en el primer día de esquí es fundamental de cara al resto de días. Al principio quizás notes que el tiempo pasa muy despacio. A medida que vayas cogiendo el ritmo, la sensación será totalmente la contraria. Estés en el punto en el que estés, no debes forzar la máquina, descansa tanto si estás bloqueado como si llevas varias horas a tope. Tómate un almuerzo a media mañana y reposa para después continuar hasta la hora de comer. Si sigues por la tarde, repite la rutina. De lo contrario, no disfrutarás como es debido de la experiencia. Y en eso se basa este deporte, en disfrutar de las vistas y del sentimiento de libertad. Aprovéchalo.

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