¿Por qué en Bangladesh hay tantos fans de Argentina?

De Churchill a Maradona: la curiosa historia de amor de Bangladesh y la selección argentina

Fútbol, política y criquet, la historia del apoyo entre Bangladesh y Argentina que les une en un objetivo común, el Mundial de Catar.

Por Roberto Rahona  |  09 Diciembre 2022

Hay un país en el mundo donde los famosos cánticos de los hinchas argentinos son cantados a coro aun sin entenderlos, donde una parada del Dibu o un gol de Messi es celebrado por millones de personas y donde una victoria obliga a los aficionados a salir a las calles a celebrarlo como si fueran del mismísimo Buenos Aires. Ese país está casi en las antípodas de Argentina, a exactamente 16.767 kilómetros, y es Bangladesh.

De todos es sabido la increíble pasión que despierta el fútbol en Argentina, pero quién iba a pensar que trasladarían esa misma afición a los más de 166 millones de habitantes que tiene el país asiático. Esta es una historia de amor por la albiceleste, de política, de invasiones, de mundiales y de Diego Armando Maradona.

El enemigo de mi enemigo es mi amigo

Todo comienza en el Mundial de México del verano de 1986. Bueno, en realidad un poco antes, en 1971, con la independencia de la República Popular de Bangladesh tras 214 largos años de soberanía británica. Más de dos siglos en los que, como en prácticamente todas las colonias de los países occidentales, se vivió un expolio de las riquezas nacionales y un sometimiento de la población de las regiones invadidas, lo que obviamente provocaba una fuerte animadversión de la mayoría de la población local hacia sus colonizadores.

Sin embargo, Bangladesh vivió un momento todavía más dramático, que el Imperio Británico ha conseguido mantener oculto en las postrimerías de la Historia y en el recuerdo general. En 1943, Winston Churchill provocó una letal hambruna en el territorio de Bengala (actualmente dividido entre la República de Bangladesh y el estado indio de Bengala), al quemar sus tierras de cultivo para evitar que los japoneses las poseyeran y al exportar una excesiva cantidad de alimentos de la zona al frente de batalla. Esta hambruna causó la muerte de entre 1,5 y 3 millones de personas.

Tras la II Guerra Mundial, el territorio de Bengala se partió en dos, y la actual Bangladés se convirtió en una provincia de Pakistán, hasta conseguir la independencia definitiva en 1971. En los años 80, los bangladesíes comenzaron a tener acceso a la televisión, y el Mundial de México 1986 se convirtió en el primero visto en TV en todo el país.

Aquí fue donde comenzó el idilio con la selección albiceleste. En los cuartos de final, Argentina jugaba contra Inglaterra, en un duelo marcado por la guerra de las Malvinas que enfrentó a ambos territorios en 1982. Las rencillas del pasado que argentinos y bangladesíes compartían hacia el país británico fue, sin duda, un factor fundamental a la hora de explicar esta curiosa alianza. Los argentinos se desquitaron en parte de su derrota en la guerra con el doblete de Maradona. Pero es que los bangladesíes hicieron lo propio a miles de kilómetros, tomándose como propia la victoria y la revancha, en este caso por los abusos del Imperio Británico.

Esta fue la primera cita de este nuevo amor que aún sigue latente. Desde entonces, la población bangladesí, todavía lejos de poder ver a su selección en un Mundial, se viste la remera argentina y celebra cada victoria como si hubieran nacido en Córdoba.

La obsesión por la albiceleste, si bien es todavía mayor en Bangladesh, es algo común en todo el antiguo territorio de Bengala. Solo hay que desplazarse hacia el país colindante, la India, y en concreto a Calcuta, para ver la prueba de ello: una gran estatua de Diego Armando Maradona erigida en 2017 en honor al Mundial de 1986, y a lo que este simbolizó para todos los países que habían sufrido bajo el yugo británico.

Inauguración de la estatua de Maradona en Calcuta
Inauguración de la estatua de Maradona en Calcuta GTRES

La embajada argentina en Bangladesh, reabierta más de 40 años después

Puede sonar surrealista, pero la unión que el fútbol ha provocado ha activado la reapertura de la embajada argentina en el territorio bangladesí, la cual se ha mantenido cerrada desde 1978. En agosto de este mismo año se empezaron a dar los pasos hacia la reapertura de este organismo internacional con la reunión entre los ministros de relaciones internacionales de ambos países. Y es que la creciente relación comercial que están teniendo no es desdeñable. Por una parte, Argentina exportó a Bangladesh productos agroalimentarios con un valor de 876 millones de dólares en 2021. Por la otra, el país latinoamericano importó del asiático prendas de indumentaria con un coste 14 millones. La reapertura de la embajada busca seguir explotando esta relación comercial, promover la cooperación en el ámbito deportivo, la ayuda humanitaria y la gestión de desastres.

Reunión entre los ministros de relaciones exteriores de ambos países: Santiago Cafiero y Abul Kalam Abdul Momen
Reunión entre los ministros de relaciones exteriores de ambos países: Santiago Cafiero y Abul Kalam Abdul Momen Twitter

Aficionarse a la selección de críquet de Bangladesh, la respuesta de los argentinos

Para agradecer el apoyo, especialmente en el Mundial de Qatar, los argentinos han creado un grupo de Facebook llamado 'Fans argentinos de la selección de críquet de Bangladesh', que no deja de ser un punto de acceso para que aficionados de ambos países puedan reunirse online y estrechar aún más los lazos que los unen.

En su primera semana, el grupo ya logró más de 159.000 miembros y más de 3.000 publicaciones en total. Y si bien la pasión por los colores ajenos no es ni comparable, no deja de ser un gran gesto de los argentinos para tratar de devolver el apoyo recibido durante tantos años. Al menos así se lo han tomado en el país asiático, donde este grupo de Facebook acapara todas las portadas de los diarios nacionales.

Este grupo se ha llenado de bangladesíes enseñando las reglas del críquet e instruyendo sobre todo lo necesario para entender el deporte y sus competiciones nacionales e internacionales, así como mostrando las bellezas de su país para que los argentinos lo visiten. Es increíble lo que el deporte puede llegar a conseguir: unir a 212 millones de personas durante unas horas para apoyar a una selección con un objetivo común. Gane o pierda Argentina, la llama del amor por estos colores seguirá viva muchos años más.

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