Azar, la aplicación para ligar de moda entre los jóvenes

Azar

Azar, la aplicación para ligar al más puro estilo Chatroulette que arrasa entre los jóvenes

Las aplicaciones para ligar continúan arrasando a nivel de descargas. Ahora es el turno de Azar, un encuentro a través de videollamadas con gente de forma aleatoria, que se suma a Tinder o Badoo como una de las aplicaciones más descargadas.

Por Miguel Arjona  |  03 Julio 2019

Azar es la última aplicación que ha triunfado en el mundo del amor, o más bien del sexo. La aplicación recupera una fórmula que fue popular entre los jóvenes hace tan solo unos años. Hablamos de Omegle y Chatroulette, dos páginas web cuyo único contenido eran videollamadas aleatorias con personas de todo el mundo. Ambas sirvieron a youtubers como El Rubius o Wismichu para hacer sus vídeos más populares, pero también funcionaba como punto de encuentro para buscar un/a compañero/a que estuviese dispuesto a realizar una versión más fluida del 'sexting'.

Azar es una aplicación donde se conectan los usuarios a través de videollamadas, y cuyo único objetivo es mantener relaciones sexuales. Suena frío, pero es que es así. Quien entra a Azar ya sabe a lo que va, algo que intentan esconder (aunque inútilmente) otras apps de citas, que tratan de convertirse en las Celestinas del siglo XXI.

Sin embargo, empleen la táctica que empleen, estas aplicaciones se han convertido en un éxito, y en la forma más común de encontrar pareja. En el caso de Azar, la cifra ya supera los 300 millones de descargas en todo el mundo. De hecho, la propia compañía tiene un contador que se actualiza a tiempo real, donde se ven los encuentros online que ya se han realizado. Actualmente ya supera los 61.000... millones.

Tinder es una de las aplicaciones más populares de este tipo.
Tinder es una de las aplicaciones más populares de este tipo. Shutterstock

Anteriormente, las relaciones virtuales se daban en portales web, en foros o en los lugares masivos de reunión como era Facebook. El paso posterior fue la creación de las webs de citas como Meetic. Después, todo esto se trasladó a las nuevas redes sociales que ahora ya forman parte de la cotidianidad, que son Twitter e Instagram. Y desde hace pocos años, han surgido las aplicaciones que directamente permiten hacer una criba en función de tus gustos como si fuese una frutería donde los tomates que tienen peor aspecto pasan al fondo de la caja.

Consumo rápido y aleatorio

El procedimiento de Azar es muy sencillo. La aplicación te conecta con otra persona de manera aleatoria, sea hombre o mujer, sea joven o no. Afortunadamente para los usuarios, la propia aplicación pone a disposición un apartado para poder denunciar actitudes y comportamientos que no son adecuados, mientras que también puedes añadir a los usuarios que más te interesen para mantener el contacto con ellos.

Por otro lado, Azar posee un sistema de compras dentro de la aplicación, donde el usuario puede pagar por filtros que les permita interactuar de manera más directa: filtrar por sexo, por región, por edad... Pero si no pasas por caja, será el algoritmo de la aplicación quien decida quién es tu acompañante, ya sea de tu país o no.

El cambio en las relaciones interpersonales

Uno de los aspectos que caracterizan a las nuevas generaciones es su demanda de instantaneidad sobre todas las cosas. En el caso de estas aplicaciones, los jóvenes recurren a ellas para eliminar las trabas temporales. En apenas unos minutos, cualquier joven, también menor de edad, puede acceder a ellas.

Los smartphone han tenido un papel crucial en este nuevo tipo de relaciones.
Los smartphone han tenido un papel crucial en este nuevo tipo de relaciones. Shutterstock

La normalización de este tipo de aplicaciones influye de manera directa sobre los comportamientos sociales y sobre las nuevas formas de ligar. Las discotecas o los bares siguen siendo un lugar de reunión donde se producen algunos encuentros, pero la llegada de estas aplicaciones a los smartphone ha diluido todo lo anterior.

Los más detractores de este nuevo modo de conocer gente equiparan a Tinder (y en general a este tipo de aplicaciones), con un mercado donde escoges y te escogen, según la pinta que tengan/as. La interacción se ve reducida a una conversión como si fuera mercancía y reduce todo a los instintos más primarios, dejando de lado todo lo demás.

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