El 3D, de 'Avatar' a 'Avatar: el sentido del agua': cumbre, caída y resurrección de las 3 dimensiones

20th Century Studios

El 3D, de 'Avatar' a 'Avatar: el sentido del agua': cumbre, caída y resurrección de las tres dimensiones

Cuando ya nos habíamos olvidado del desastre que fue la pasión desatada por el 3D a raíz de 'Avatar', con 'Avatar: The Way of Water' se está comenzando a repetir la misma historia.

Por Adrián Tomé  |  10 Enero 2023

Corría finales de 2009, y estábamos a punto de que una raza llamada Na'vi nos introdujera en un nuevo mundo por explorar a través de una tecnología que arrasó desde entonces: el 3D, las tres dimensiones.

No era una nueva tecnología, ni mucho menos. Las primeras pruebas con lentes y varias pantallas son casi tan viejas como el propio cine. El uso del 3D en el cine, en concreto, data desde 1922, con 'The Power of Love', una película alejada de las grandes productoras del momento. Hollywood, de hecho, tardó más de tres décadas en probar con las tres dimensiones en las salas. Lo hizo en 1952, cuando comenzaron a desarrollarse cámaras de grabación en 3D. La primera primera película en color grabada de esta forma, 'Bwana Devil', fue un éxito en taquilla, con una recaudación que multiplicó por 13 su presupuesto inicial. Sin embargo, las críticas hacia la técnica del 3D, con innumerables quejas sobre mareos y diversos ataques en las salas al ponerse las gafas, terminaron desestimando la idea de basar la industria en esta tecnología.

Desde entonces, las películas en 3D fueron apareciendo con cuentagotas a lo largo de las décadas, hasta experimentar un claro repunte en la década de los 2000. Y es aquí donde llegamos a su gran valedor, James Cameron, que cambió para siempre la historia del 3D.

No es un secreto que el director de 'Titanic' y 'Terminator' es un fan y defensor acérrimo del cine en tres dimensiones. En 2003 consiguió llevar a cabo su proyecto con grabación 3D IMAX, el primero de tal calidad, con el documental 'Ghosts of the Abyss' ('Misterios del Titanic'), en el que nos sumergíamos en los restos del barco mediante esta tecnología. El interés que suscitó el uso del 3D por parte de Cameron animó a otros directores a trabajar con las tres dimensiones.

La velocidad a la que evolucionaban las herramientas digitales permitía que, con cada nueva película estrenada en 3D, el impacto fuera mayor. Y así, en 2009, tan solo seis años después de 'Ghosts of the Abyss', James Cameron cerraba el círculo con 'Avatar', la película más taquillera de la historia del cine y el mayor espectáculo 3D nunca visto en una sala.

Sin embargo, se abría un círculo todavía más grande, el del 3D como catalizador del entretenimiento general. Un objetivo demasiado ambicioso y sobre todo, una mala utilización de la tecnología, se cargaron la idea y convirtieron el 3D en un juguete roto que borramos de nuestra memoria.

La revolución del 3D: lo que pudo ser y no fue

Del éxito parte el camino hacia el fracaso. El fenómeno 'Avatar' provocó que el 3D se extendiera como la pólvora en los meses posteriores. De repente, todas las películas que se estrenaban lo hacían con una opción en 3D. Y el 99% de ellas, resultaban ser un auténtico timo: te cobraban más por la entrada por apenas dos o tres efectos chapuceros que te dejaban igual. El exceso de oferta con resultados mediocres, sin interés por mostrar al espectador una experiencia realmente satisfactoria, terminó devaluando la tecnología en cuestión de tres años.

Tres años en los que el sector del entretenimiento se volcó por completo en el 3D, intentando exprimir al máximo a la gallina de los huevos de oro. En 2010, las grandes compañías presentaban sus modelos de TV 3D para aportar sensación de profundidad. Sony, Philips, Samsung o LG lanzaron estos productos bajo el mantra de que el 3D sería el futuro, y que todos terminaríamos con un televisor 3D en nuestros hogares para vivir una experiencia como la de 'Avatar' desde el sofá.

Panasonic dio el pistoletazo de salida con su modelo VT25
Panasonic dio el pistoletazo de salida con su modelo VT25 Panasonic

Los críticos del momento, víctimas de ese fervor, estaban satisfechos con la tecnología presentada, aunque la sensación de los primeros 'afortunados' que la compraron era similar: esto no es lo mismo que el cine. Si buscamos noticias de aquellos años, es fácil encontrar previsiones de ventas de 2010 y 2011 que auguraban ingresos millonarios gracias a los televisores 3D. Era tanto el optimismo, que LG se lanzó a por el primer móvil con 3D, el LG Optimus 3D.

La realidad golpeó duramente a los fabricantes de TV. Su uso bajaba considerablemente la calidad de la imagen y provocaba mareos y dolor de cabeza (como en 1952). Además, realmente no valía mucho la pena, porque la experiencia no tenía nada que ver con la del cine. Era poco más que una imagen borrosa que a veces funcionaba con 3D y a veces no. Seguramente si se hubiera lanzado años más tarde, más perfeccionada, la TV 3D habría resuelto por sí solo muchos de sus problemas iniciales. Pero había tanta prisa por subirse al barco que terminaron hundiéndolo.

Aun con todo, en 2010 consiguieron vender más de 3 millones de aparatos a los desafortunados que se dejaron llevar por el boom, entre los que me encuentro. Sin embargo, apenas un par de años después ya se hablaba de fracaso.

En 2013 se asientan las Smart TV, algunas de ellas todavía con 3D, por si sonaba la flauta. Pero no hubo suerte, y conforme se dieron cuenta de que los intereses de los consumidores iban por otro lado, dejaron de gastarse el dinero en una tecnología que ya se había quedado obsoleta.

La industria del videojuego también sufrió la fiebre del 3D

Nintendo, a diferencia de Sony y Microsoft, no busca sacar al mercado la consola más potente, en su lugar, intentan innovar y producir consolas que tengan virtudes únicas. Así fue con la Nintendo DS, con la Wii, con la Nintendo Switch ahora, y por supuesto, con la Nintendo 3DS.

En 2010, al igual que todo lo que lleva en su nombre 3D, se anunció esta nueva consola portátil que añadía el efecto 3D sin gafas. Su lanzamiento tuvo lugar en febrero de 2011. De nuevo, el público rechazó la idea desde prácticamente sus inicios, lo que obligó a Nintendo a reducir su precio casi en un tercio del precio inicial poco después.

El 3D de la consola era ajustable, y no iba mal del todo, pero dependía mucho del juego. Aunque hubo a quien le gustó esta funcionalidad, lo más común era jugar con el modo 3D desactivado. Al darse cuenta de ello, Nintendo sacó varias versiones de la consola entre las que se encontraban modelos solo 2D. A pesar de ser recordado como uno de los mayores fracasos de Nintendo en el siglo XXI, no fue tan estrepitoso como las TV. Vendió casi 76 millones de unidades, logrando el dudoso honor de ser la consola portátil menos vendida de la historia de la compañía. Actualmente, y debido al exceso de stock existente, la Nintendo 3DS se utiliza como audioguía del Museo del Louvre.

Avatar, el sentido del 3D

Tras el hundimiento del 3D, nadie volvió a hablar de él, ni por supuesto de restaurarlo. Los días en el que se proyectaban en todos los cines películas en tres dimensiones eran historia, mientras que el resto de sectores no querían ni oír hablar de ello de nuevo.

De todos los temas que se podían tratar en 2023, nunca imaginé hace un par de años que el 3D fuera a ser uno de ellos. Pero James Cameron ha decidido traer de vuelta una tecnología que creíamos muerta junto a una saga que creíamos muerta, la de 'Avatar'. Trece largos años después del lanzamiento de la primera parte, llegó a los cines 'Avatar: The Way of Water' ('Avatar: El sentido del agua' en España), y al igual que lo hizo en 2009, con el 3D por bandera. El director prometió "el mejor 3D imaginable" para la secuela, y la verdad, ha cumplido con creces. Es un espectáculo visual a la altura del cuadro famoso que estés pensando ahora mismo.

La película más taquillera en la etapa pospandémica, la peor de la historia del cine en cuanto a cifras, ha logrado volver a llevar a la gente a las salas y, de paso, recuperar el interés por la tridimensionalidad. Casualidad o no, hay empresas que están volviendo a apostar por el 3D. Acer, por ejemplo, ha presentado el Predator Helios 300 SpatialLabs, que pretende introducir el 3D en el PC gaming. Se espera que no sea el único lanzamiento relacionado con las tres dimensiones, teniendo en cuenta que, durante el CES de enero de 2022, se incidió en los sorprendentes avances de la imagen 3D sin necesidad de gafas, con grandes resultados.

Haciendo un poco de retrospección, es posible que los dispositivos 3D, al igual que las Google Glass, salieran antes de tiempo. Quizás solo necesitaban unos últimos remates, algún que otro avance más, para poder ofrecer una experiencia verdaderamente satisfactoria, pero el éxito de 'Avatar' lo precipitó todo. Veremos si la historia se repite trece años después o somos capaces, por primera vez, de no tropezar dos veces con la misma piedra.

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